ALICANTE. En 1838, Samuel Morse puso su apellido a su invento, un sistema de puntos y rayas útil para comunicarse mediante sonidos breves. El Código Morse nació seis años después de que el mismo inventor desarrollase el primer prototipo de telégrafo (1832). Con todo un alfabeto numérico y de letras -cada una de ellas representada por determinados puntos y rayas-, esta vía de comunicación cifrada ha servido y sirve para retransmisiones telegráficas, radiofónicas y en el terreno de la aviación, entre otros usos. Debido a la evolución y modernización en el sistema de comunicaciones, el Código Morse ha quedado relegado al aprendizaje de personas aficionadas, teniendo cabida también en el mundo del arte. Este es el caso de José Maldonado, quien el viernes 17 de enero logró que la sala de exposiciones La Peluquería entrase en trance a través de su intervención sonora basada en puntos y rayas, titulada Des_variaciones dixlocoda. Tomando la montaña dorada con tacto y a ciegas. "Se trata de un cruce entre braille y morse con el fin de crear una composición musical muy básica, de dos notas -si y do-, que es la idea de la música minimalista", comenta el artista.
La frase codificada que Maldonado interpreta musicalmente y que supone el centro de su expresión artística es la dificultad de la lectura jamás debe ser menospreciada, que tiene su autoría en Paul de Man, "un filósofo belga que emigró a Estados Unidos. Es una frase que empleábamos José Luis Brea, amigo y crítico español, y yo; era como una broma entre nosotros, porque le dábamos el significado de vuélvelo a leer y seguro que lo entiendes", explica la historia personal detrás del arte. Sin embargo, Maldonado desvela que la de Paul de Man consiste en una reinterpretación de una cita original de Jacques Derrida.