Cultura

Rosario Raro, Premio Azorín 2025: “No estoy a favor de un Ejército europeo”

La escritora ha sido la ganadora del Premio Azorín de Novela 2025 con La novia de la paz, un alegato antibelicista que recupera la figura de Emily Hobhouse, a quien pone como ejemplo a seguir en el actual contexto internacional

  • Rosario Raro, Premio Azorín de Novela 2025

ALICANTE. La figura de Emily Hobhouse, activista humanitaria y pacifista británica, inspiró la obra con la que Rosario Raro se ha hecho con el Premio Azorín de Novela 2025. La novia de la paz es un alegato antibelicista con el que la escritora ha querido sacar del ostracismo a uno de esos nombres propios que no pasan a la historia, aunque hayan atesorado méritos suficientes para ello. “Alguien que fue injustamente silenciada”, sentencia la autora, de quien destaca que intentó parar la guerra en la que se sumió el sur de África con las invasiones británicas. “Esas campañas militares se basaban en el supremacismo; descubrió que la población civil estaba confinada en campos de concentración, mucho antes de que el nazismo hiciera eso con los judíos”, afirma.

Hobhouse no solo intentó parar esa guerra, sino todas las guerras. “Después lo intentó con la I Guerra Mundial; intentaba parar cualquier guerra”, apunta la escritora. Y en ese contexto, en el año 1901, recién sobrepasado el nuevo siglo, se ambienta este texto que cuenta con un denso entramado de ingredientes históricos. “Todas mis novelas están basadas en hechos reales porque eso me facilita la escritura y me ayuda a no plantearme muchas cosas que ya vienen dadas”, justifica. Pero en el caso de esta esta protagonista femenina, hay mucho más. “Me apasionó el carácter de esta mujer, que supo ver que el relato de cómo se narra una guerra puede no tener demasiada verdad”, confiesa Raro.

Que esta novela vaya a publicarse en este momento que estamos viviendo, con este contexto político internacional, es pura casualidad. “Parece que tengo el don de la oportunidad”, afirma la escritora, cuya anterior novela, Prohibida en Normandía (2024), que está ambientada en la Batalla de Normandía, se publicó en el 80º aniversario de este acontecimiento histórico. “Espero que dure ese don, pero lo que no quiero que dure son las guerras”, apunta Raro. “Lo que me gustaría es que mis novelas sobre este tema se leyeran como si fueran anacrónicas, porque significaría que la guerra ha dejado de existir, y ojalá los de nuestra generación todavía podamos llegar a vivir ese momento”, afirma esperanzada.

Sin embargo, las señales no indican eso. “Es un momento que no quiero llamar prebélico porque a veces las palabras tienen poder de invocación, pero estamos escuchando hablar de un Ejército europeo y no quiero ni pensarlo; sería una negación de la civilización, como ocurre en los más de sesenta conflictos armados que existe en este momento en el mundo, porque una y otra vez volvemos a la barbarie”, describe.

“No estoy a favor de un Ejército europeo porque las cosas hay que resolverlas de otra manera; yo todavía no entiendo cómo se le puede pegar un tiro a una persona, pero desgraciadamente estamos viendo imágenes que pensábamos que no volverían y estamos en el mismo punto de la historia”, lamenta la escritora. “El personaje de mi novela es pacifista y yo he escrito esta novela porque soy pacifista y sigo con el eslogan hippie de hacer el amor y no la guerra, peace and love; no puedo apoyar la creación de ningún ejército porque creo que el camino siempre es la diplomacia, pero no solamente en la coyuntura internacional ni en el orden mundial, sino en la vida también”, asegura Raro, al tiempo que insiste en recordar a su protagonista. “Hay que reivindicar la figura de Emily Hobhouse”, describe.

 

Rosario Raro, Premio Azorín de Novela 2025

Golpes que conforman y golpes que rompen

Además de los ingredientes históricos, esta historia cuanta también con los propios de una trama novelesca. Dos amantes, la admiración hacia una célebre periodista que dedicó su carrera a la búsqueda de la paz universal y a la defensa de los derechos humanos e incluso, según destaca la autora, un escultor que dice que en la vida sucede lo mismo que en su disciplina artística: “hay golpes que nos conforman y golpes que nos rompen”. Una frase inspiradora le llevó a escoger el nombre de Kintsugi para presentarse al Premio Azorín. Y es que tan ‘raro’ es su apellido como el seudónimo, aunque tiene explicación.

“Conforme avanzaba la escritura de la novela, me daba cuenta de que el tema principal era cómo alguien puede mudar de piel, lo que ahora denominaríamos reinventarse, y salir de unas circunstancias aciagas como una traición”, describe Raro. Es por eso que decidió poner el foco en la disciplina japonesa del kintsugi. Una técnica que consiste en arreglar fracturas de piezas cerámicas multiplicando el valor de la obra original. “Embellecer las cicatrices con oro y otros materiales preciosos creando arte con más valor”, apunta. Una resiliencia que también llevó al título falso con el que presentó su texto, ahondando en esta idea con Cicatrices de oro.

Un antes y un después

Finalmente, ‘la noche le sacó a bailar’, como dice otro de sus personajes de la novela, y fue este jueves, 13 de marzo, en la gala de entrega de premios, cuando se alzó con el codiciado galardón, dotado con 45.000 euros. Sin embargo, ha tenido que presentarse antes a más de un centenar de certámenes literarios, según confiesa. “Normalmente, yo suelo estar al otro lado”, apunta Raro. “En mi trayectoria literaria, pasé unos primeros años en los que no me publicaba nadie; fue una travesía en el desierto”, recuerda, aunque ya respira aliviada.

“Lo más fácil es estar en este lado, ahora que estoy aquí, en el primer concurso de novela que gano”, asegura, esperando buenas nuevas. “Un premio siempre es un gran espaldarazo, sobre todo con el prestigio del Premio Azorín, así que aspiro a que haya un antes y un después; solo hay que ver el listado de autores que lo han ganado”, afirmaba con honestidad. Desde luego, los buenos augurios los proyectaba en la misma noche del galardón uno de los miembros del jurado, el escritor Juan Eslava Galán. “Es un hito más en su carrera, que yo presumo como muy feliz, porque está entre los mejores escritores en lengua española en estos momentos”, sentenciaba con rotundidad.

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