Cultura

Mariano Sánchez Soler: "Escribo mi novela más personal; ha llegado el momento de hacer balance"

El periodista y escritor publica 'El leñador', una novela negra de autoficción en la que rinde cuentas con él mismo y con la profesión

  • El periodista y escritor Mariano Sánchez Soler -

El escritor, periodista, historiador y profesor Mariano Sánchez Soler acumula más de sesenta libros publicados por él en su estantería. Sin embargo, ha llegado el momento de hablar de su novela más personal, El leñador (Alrevés Editorial), una novela negra de una violencia feroz inspirada en un caso real y con personajes que también son muy reales, empezando por el protagonista. Se trata de un periodista y escritor jubilado que inicia una investigación paralela y una novela, dentro de esta propia novela, creando así un interesante juego de realidades y ficción. Un ejercicio de autoficción con el que el autor rinde cuentas con él mismo y con la profesión.

— Todos los personajes son reales, empezando por el protagonista y narrador ¿Algo que confesar?

— Se trata de una novela negra de autoficción. Yo me he inspirado en lo que ha sido mi vida como periodista y como escritor, como ser humano. Me he inspirado en eso para crear un personaje, el de Carlos Albert, que es de ficción, al que le he volcado todos los hechos reales y todas las cuestiones que han marcado mi vida profesional y mi vida personal.

¿Los personajes son reales? Sí, naturalmente, son personajes reales con su nombre propio, muchos de ellos, y otros no, evidentemente. Como digo en el prólogo, algunos son más reales que otros, haciéndose ese chiste de los Orwell de Rebelión en la granja, y bueno, lo que pasa es que la mayoría están inspirados en lo que es mi memoria como periodista y como escritor.

— Con esa autoficción novelada, ¿construyes tu novela más personal?

— Realmente lo que he querido hacer es una novela muy personal donde se hable de todas las cosas importantes del periodismo, de la creación literaria, de lo que es el propio género negro y donde, sobre todo, se hable de la vida. Supongo que algo ocurre cuando llegas a una edad determinada, por eso es mi novela más personal, incluso creo que es mi libro más personal.

Alacant Blues y La brújula de Ceilián son dos libros, dos novelas, muy personales también, pero son más de memoria de algo que ocurrió hace muchísimo tiempo. De la infancia, etcétera. Esta es la novela más personal porque, sin dejar de ser una trama novela negra, sin dejar de tener una trama de novela negra, pues, soy yo de alguna manera, con el trasfondo de un personaje inventado. Un periodista jubilado con más de 65 años que investiga por su cuenta un crimen. Pues sí, es mi novela más personal.

¿Por qué ha llegado ahora ese momento?

— Es ahora el momento porque me ha llegado la hora de hacer balance. Como escritor, llevo publicando desde el año 78 del siglo pasado y, a lo largo de todos estos años, he escrito más de sesenta libros, unos de investigación otros de periodismo, novelas, relatos, poemarios… Era el momento de hacer ese balance.

— Tu experiencia vital se amalgama con la violencia feroz de un suceso que cuenta con ingrediente como un hacha, sangre derramada y negocios infames. Bonita mezcla…

— Ha sido un trabajo dedicado al periodismo, pero al periodismo escrito. Al periodismo que realmente me ha interesado a mí. Me inspirado porque he inventado cosas, pero realmente es todo lo que hay. Me he inspirado en un crimen no resuelto, un caso que fue un gran desastre en la instrucción y la investigación policial, y me he quedado con eso para plasmar esa forma de funcionar de un periodista de verdad. Con esa forma de investigar, de ir a buscar los hechos, de preguntar. He querido volcar esa experiencia.

Hay un juego entre la realidad y la ficción. Por un lado, está el periodista que investiga por su cuenta ese crimen real tan brutal y, al mismo tiempo, está la novela que está escribiendo. Es una novela dentro de una novela. La novela policíaca que está escribiendo el protagonista es la clave para que veamos la diferencia entre una cosa y otra.

— En la novela también se refleja tu amplio bagaje como estudioso del Franquismo y la Transición…

— Se refleja es mi experiencia como periodista. He sido periodista de sucesos y he tocado muchos temas del Franquismo y, realmente, como tú bien sabes, he estudiado la Transición política española a fondo. Está mi libro La transición sangrienta, que es un libro que habla de eso, justamente de lo que no se ha querido contar: violencia, pactos… Los pactos políticos de despacho, mientras la calle estaba ardiendo. He querido hablar de eso, también, porque soy un escritor que empecé en la Transición y que estudié la carrera en el tardofranquismo. Hice la carrera Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid y después empecé a trabajar a inicios de la Transición. Entonces, he sido un testigo de toda la evolución de este país, un testigo de todo de todo aquello.

  • El periodista y escritor Mariano Sánchez Soler -

¿Qué queda actualmente de todo aquello?

— Eso tendrá que analizarlo cada cual, pero, realmente, en la Transición no hubo ruptura democrática; hubo un pacto, una ruptura pactada en la cual no se tocó ninguna estructura del poder. No se tocó a la policía, no se tocó a los jueces y nadie rindió cuentas por las cosas que estaban haciendo. Porque no solo se hicieron en la posguerra, sino que se hicieron hasta la muerte de Franco y, bueno, pues quedan esos restos de haber hecho las cosas de una manera determinada. No se sabe cómo habría sido todo si se hubiese hecho de otra forma, eso está claro, porque la historia no es una especulación, pero los hechos son los que son.

— Desde tu experiencia como periodista de investigación, ¿cómo ha sido ordenar el caos de un suceso real para lograr la estructura que requiere la trama de una novela?

— Escribo desde los años setenta y todas mis novelas se han basado o inspirado, aunque sea libremente, en casos reales. Cuando eres periodista y estás en áreas como sucesos, justicia o policía interior, la realidad viene a visitarte. No es que lo hayas leído en los periódicos, sino que eres tú quien está en contacto o eres el intermediario. Te llegan los documentos, conoces a los personajes, ves cosas con tus propios ojos. Cosas que son motivo de novela, materiales extraordinarios para escribir.

Aquí lo que he hecho es reunir toda mi experiencia como periodista, pero sobre todo mi experiencia como novelista. Como constructor de historias. Yo he dado y sigo dando muchos cursos de novela negra, de narrativa y de guion cinematográfico. He aplicado las reglas de la escritura, pero son reglas basadas en mi experiencia.

La contra tapa del libro refleja muy bien lo que he querido decir, porque también he ajustado cuentas con el periodismo. De alguna manera, con la ficción y la autoficción, he podido hablar con libertad total de cómo ha sido el periodismo que yo he vivido, porque ahora se habla mucho de la profesión, que ha caído bastante en desgracia.

— ¿Cuál es la diferencia entre el periodismo actual y el de entonces?

— La diferencia es muy sencilla. Ahora hay mucho intrusismo y muchos falsos medios informativos. Hay falsos periodistas haciendo política y haciendo todo tipo de manipulaciones. Parece que las fuentes existen, excepto con las filtraciones. Entonces, bueno, pues eso hace que sea mucho más dramático ahora.

Cuando tenemos mayor libertad con internet, y mayor horizontalidad en la información, pues resulta que se llena de gente que cuenta historias sin contrastar y sin revisar. La diferencia es esa, pero entonces no éramos arcángeles tampoco. Lo que ocurre es que en los periódicos había una selección de las fuentes.

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