Cultura

La dramaturgia de Noé Vicente se abre paso

El dramaturgo y director de escena acaba de conquistar el VI Certamen Nacional Océanos de Calamidades

  • Daniel Sampedro en el papel de Jesús Ruiz
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SANT JOAN D'ALACANT. Hay obras que nacen pequeñas, pero después crecen más de lo que nadie esperaba. El pollito, creación del dramaturgo y director de escena Noé Vicente, pertenece a esa categoría. Una pieza que empezó circulando en el circuito independiente y que acaba de conquistar el VI Certamen Nacional Océanos de Calamidades de Pedrola, imponiéndose entre 265 propuestas de toda España.

La obra, producida por la compañía santjoanera Maniquí Teatre, se llevó el premio a la mejor dramaturgia original, pero el éxito no terminó ahí. El jurado quiso subrayar también el pulso escénico del montaje. Vicente recogió personalmente el galardón a mejor dirección, un reconocimiento a una puesta en escena que nace del mismo lugar que su texto: un teatro que no se disculpa, que mezcla visceralidad y riesgo con una voz propia.

“Para un dramaturgo, ver que tu texto resuena con tanta fuerza a 400 kilómetros de casa es la mayor recompensa; este premio confirma que la historia que hemos escrito tiene un lenguaje universal”, explica Vicente. La frase, más que una reacción al premio, funciona como una declaración de principios: escribir desde un territorio concreto para llegar a cualquiera.

  • Noé Vicente

Dramaturgo y director escénico afincado en Sant Joan d’Alacant, Noé Vicente trabaja desde una narrativa ágil que mezcla la crudeza emocional con el humor negro. Sus montajes, con Maniquí Teatre, ponen el texto y la interpretación en el centro de la experiencia teatral. Y lo cierto es que el triunfo en Aragón confirma algo que quienes siguen su trayectoria ya intuían: el autor ha conseguido conectar con el público actual desde un lugar reconocible, duro y honesto.

Es por eso que El pollito ha sido destacado por la crítica del certamen no solo por su agilidad técnica, sino por la profundidad de su escritura, capaz de sostener un montaje que se mueve entre el humor y un tipo de emoción que no necesita subrayados.

La identidad y la búsqueda de dignidad frente al estigma

El pollito es una pieza de teatro contemporáneo que sigue el viaje personal y emocional de Jesús Ruiz, un joven cuya historia estalla mediáticamente y lo convierte en protagonista involuntario de un relato lleno de prejuicios, vulnerabilidad y supervivencia.

A través de una dramaturgia afilada y cargada de humor negro, la obra explora cómo la sociedad construye —y consume— las narrativas de quienes viven al margen, poniendo el foco en la identidad, la presión del juicio público y la búsqueda de dignidad frente al estigma. Un montaje que combina crudeza, verdad y una interpretación que sostiene más de una lectura incómoda.

Un engranaje compacto

El reconocimiento, desde el municipio zaragozano de Pedrola, se extendió también al elenco. La dirección de actores de Vicente fue clave para que Daniel Sampedro se llevara el premio ex aequo a mejor actor principal. Otro síntoma de que la propuesta funciona como un engranaje compacto, donde cada elemento apunta hacia la misma dirección.

Con este doblete, Noé Vicente consolida su lugar entre los dramaturgos con mayor proyección surgidos de la provincia de Alicante. Y lo hace sin perder su centro, que es la estructura de Maniquí Teatre como casa creativa y como plataforma para llevar sus historias a escenarios de todo el país.

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