VALÈNCIA. Asier Altuna, veterano director de cine vasco hablado en euskera aborda su proyecto más ambicioso con Karmele, la adaptación de la novela La hora de despertarnos juntos (Seix Barral) escrita por Kirmen Uribe que recuperaba la historia real de Txomin Letamendi y su esposa Karmele Urresti Iturrioz. 

Él era trompetista profesional y había actuado en medio mundo, mientras que ella era enfermera. Ambos se habían exiliado a Francia durante la Guerra Civil debido a sus ideas políticas y allí se conocieron y se enamoraron. 

Pero a la historia de esta pareja todavía le quedaban muchas vivencias inesperadas. La pareja se trasladó a Venezuela después de tener a su primer hijo para buscar un lugar seguro para formar una familia. Allí pasaron sus mejores años hasta que fueron reclutados para convertirse en espías. Su misión, volver al País Vasco y pasar información a los americanos mientras todavía duraba la II Guerra Mundial. 

Allí empezarían los problemas, del explosivo color de las calles de Venezuela pasarán a las aceras grisáceas de la España franquista, donde las calamidades y la pobreza eran la tónica general. Además, sus planes como infiltrados no tuvieron el éxito esperado y Txomin terminó preso. 

Durante esa etapa, su militancia se acrecentó y su compromiso tanto político como ideológico se convirtió en el centro de su vida. 

Sin embargo, no hay que olvidar que la película se llama Karmele, y es la mujer la verdadera protagonista de esta historia, una mujer que desafió las convenciones de la época, que sacó prácticamente ella sola a sus tres hijos y que demostró una valentía de lo más radical para el momento en el que vivió. 

Karmele es una obra elegante y clásica que contiene en su interior la semilla de la mi lucha frente al fascismo y la intolerancia. Además, se aleja de los tópicos del relato convencional y lo tiñe de música, tanto de la tradición vasca como de la cultura jazzística, algo que le envuelve en un aura de modernidad que conecta con el espíritu de los propios personajes, estupendamente interpretados por Jone Lapiur y Eneko Sagardoy. 

También destaca por su cuidada reconstrucción histórica, apostando por una producción sofisticada que busca dotar de realismo a los acontecimientos sin recurrir al academicismo. Esto permite que Karmele conseguida contar un capítulo de la historia vasca a través de una sólida mirada renovada.