Cultura

'El Rey de la Farándula': un cabaré barroco sobre arte, poder y el Siglo de Oro español

Ángel Ruiz y Bru Ferri presentan en el Teatro Principal de Alicante un espectáculo que combina teatro, música y sátira para reflexionar sobre la grandeza y las contradicciones del ser humano

  • El Rey de la Farándula
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ALICANTE. El Siglo de Oro español resucita este sábado, 9 de noviembre, en el Teatro Principal de Alicante, pero no lo hace desde el academicismo, sino desde la osadía de un cabaré barroco. El Rey de la Farándula, la nueva creación de Ángel Ruiz, llega a la ciudad tras su aclamado estreno en el Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro, con dirección musical y piano de Bru Ferri. Juntos firman una propuesta tan singular como provocadora, donde el humor, la emoción y la reflexión se dan cita en un espectáculo que rompe las fronteras entre pasado y presente.

Ruiz se mete en la piel de un personaje fascinante: mitad actor, mitad confidente del rey Felipe IV. Desde esa doble condición, el protagonista narra los secretos de la corte y los entresijos del poder con una mirada sarcástica, tierna y profundamente humana. En escena, la distancia entre los siglos se disuelve; el actor se convierte en espejo del monarca, y el monarca, a su vez, en reflejo de la vanidad y la fragilidad de los artistas.

El montaje juega con los códigos del cabaré y del teatro clásico, combinando textos del Siglo de Oro con músicas de Monteverdi, José Marín o Juan Hidalgo, entre otras, que dialogan con composiciones contemporáneas firmadas por Bru Ferri. El resultado es un espectáculo sin cuarta pared, vibrante y lleno de guiños cómplices al público, que invita a reflexionar sobre la relación entre arte y poder, entre la creación y la política, entre el escenario y el mundo real.

Música barroca y alma moderna

El espacio sonoro y emocional de El Rey de la Farándula corre a cargo de Bru Ferri, pianista, compositor y cantante con una sólida trayectoria internacional. Su dirección musical dota al espectáculo de una textura viva, donde el barroco se entrelaza con el jazz, la improvisación y la emoción contemporánea. Ferri, graduado en Piano Jazz e Improvisación por el Conservatori Superior del Liceu, aporta una sensibilidad escénica que potencia el diálogo entre épocas y estilos.

Esa fusión entre lo antiguo y lo nuevo, lo culto y lo popular, es precisamente una de las claves del montaje. Ruiz y Ferri conciben el cabaré como un espacio de libertad, donde lo clásico puede reinventarse sin solemnidad. Desde la primera nota hasta el último gesto, la obra se abre como un canto a la supervivencia del arte en tiempos convulsos, recordando que el teatro sigue siendo, en palabras de su creador, “un espejo donde se reflejan las grandezas y las miserias del ser humano”.

  • El Rey de la Farándula -

Un Siglo de Oro con mirada contemporánea

La escenografía de Beatriz San Juan y Arantxa López Melero, el vestuario de Rodrigo Ortega y la iluminación de Almudena Rodríguez Huertas construyen una atmósfera híbrida, entre el esplendor cortesano y la desnudez del cabaré. Los elementos visuales no buscan recrear un pasado estático, sino sugerir un territorio en el que conviven la belleza, el exceso y la decadencia.

Producido por LaZONA Teatro, el montaje se inscribe dentro de la línea más innovadora del teatro español contemporáneo, esa que reinterpreta los clásicos con mirada crítica y sentido del humor. El Rey de la Farándula se ríe de las jerarquías y celebra la capacidad del arte para cuestionarlo todo: desde los privilegios del poder hasta las propias contradicciones del artista.

El espejo de la humanidad

Ángel Ruiz, ganador del Premio MAX al Mejor Actor Protagonista y del Premio HUGO al Mejor Espectáculo Unipersonal en Buenos Aires por Miguel de Molina al desnudo, vuelve a demostrar en este proyecto su dominio absoluto del escenario. Su interpretación, llena de matices y humor, oscila entre el monólogo íntimo y la sátira política, entre la ternura y la irreverencia.

El resultado es un espectáculo que trasciende el homenaje histórico para convertirse en una reflexión sobre la condición humana. En la voz del actor resuenan las preguntas de todos los tiempos: ¿qué papel juega el arte frente al poder?, ¿puede la belleza sobrevivir a la corrupción?, ¿hasta qué punto el teatro puede revelar lo que la historia oculta?

Con sátira, emoción y una profunda sensibilidad estética, El Rey de la Farándula convierte el escenario en un espejo donde pasado y presente se funden. Y en ese reflejo —tan barroco como contemporáneo— late la certeza de que, mientras exista la farándula, el arte seguirá reclamando su lugar como el más humano de los reinos.

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