ORIHUELA. ¿Y si el amor fuera una enfermedad mental? Esa pregunta que bien podría estar subrayada en un manual de cinismo romántico es el punto de partida de Via Lucis, la novela con la que Dimas Pardo López debuta en el género literario. Empezó siendo un pequeño relato de diez páginas para distraerse un rato, pero devino en una intrincada y absorbente historia que le llevó casi tres años terminar, según confiesa el escritor, nacido en Orihuela, quien habla con este diario desde Madrid, donde ejerce como profesor de Lengua y Literatura. “Amé, lloré, crecí, terminé la carrera, tuve como dos novias y sentí como si me hubieran dejarado al menos ocho veces durante la creación del libro; toda esa evolución personal impregna la obra volviéndola proteica y animal”, describe el autor.
Por las páginas de Via Lucis deambula un tipo llamado Dim Buller, que es un chico de pueblo sentimentalmente desorientado y arrastrado por una historia de amor tan intensa como autodestructiva con una mujer llamada Tica. Entre la Vega Baja y Bilbao, el humor y la culpa conviven como amigos en la barra de un bar. Y es que en esta historia hay drogas, crimen, ironía y una voz que parece tomarse a broma incluso sus propias heridas. Y no es casual, porque el autor también se mueve con esa mezcla de lucidez y guasa, de lirismo y sarcasmo, que atraviesa toda la novela, empezando por el título.
Del Via Crucis al Via Lucis
Via Lucis, como explica Dimas, proviene del latín y significa literalmente camino de la luz. “Es la contraposición del Via Crucis (Camino de la cruz) ya que, durante los acontecimientos de la novela, todo parece conducirnos a través de un martirio semejante a una crucifixión, pero ese dolor es necesario para recorrer después el camino hacia la resurrección”, explica. Suena místico, pero enseguida pone un pie en lo terrenal. “Si alguien expía sus pecados y al terminar el libro alcanza el Paraíso —figurado—, puede enviarme una cestita variada a modo de agradecimiento; que sea algo más discreta que las que mandan las empresas por Navidad, pero que no falte una de Peñascal”, interpela con sorna.
Ese equilibrio entre lo trascendente y lo terrenal define tanto a Dimas como a su escritura. En Via Lucis, la novela negra se mezcla con el lirismo poético y un humor que casi roza el absurdo, pero parece que no es impostura. “Soy un personaje trágico que, en ocasiones, parece que hablo solo con figuras retóricas, entre la hipérbole y el hipérbaton, mientras que en otras no dejo de hacer chistes de una comicidad tan cercana como absurda”, describe sobre sí mismo dando pie a otro chiste. “A veces esta inclinación alerta a la policía y, alguno de sus agentes, con más experiencia que sentido del humor, decide investigarme. Ya ves, como si fuera un criminal; ahí empieza la parte de novela negra”.
En la esquina de Bogart y Cobain
Cuando se le pregunta por qué le atrae ese tono híbrido entre lo oscuro y lo poético, responde con una imagen que podría ser el manifiesto de su literatura: “¿Sabes esa esquina poco iluminada del peor antro que puedas imaginar? Esa en la que se sentarían Humphrey Bogart, Ernest Hemingway o Kurt Cobain. Esa esquina con un pequeño taburete y una mesa llena de quemaduras de cigarrillo y lenguaje obsceno grabado con una llave. Esa mesa es mi lugar en el mundo: reírme y llorar desde allí es el lugar de mi literatura”.
Desde ese rincón —tan existencial como humorístico—, el autor se pregunta si de verdad se puede cambiar o si es posible el perdón. Y, aunque rehúye las respuestas fáciles, ofrece una conclusión tan literaria como moral. “Lo importante es recorrer el camino de la culpa, sentirse tan miserable como un pecador y luego hallar por uno mismo el sendero hacia la redención, si es que la hubiera. Solo poniéndonos en las botas de quien debe cambiar o de quien ruega por ser perdonado podremos dar una respuesta. Para eso sirve esta novela”, describe.
“Si el amor fuera una enfermedad mental, Via Lucis sería el diagnóstico", sentencia, y añade con ironía: “Ya ves, una panacea moral que cura todos los males con su particular lírica y sentido del humor… y que, además, puedes pedir en Amazon y recibir cómodamente en casa”.