SAX. El tesoro de Alejandría (Gunis, 2024) es el título de la primera novela infantil de la escritora alicantina Carmen Galvañ Bernabé (Sax, 1994), que ya atesora siete libros. En esta ocasión, quería dirigirse a los lectores más jóvenes para contar la historia de una chica preadolescente que se siente incomprendida, pero que descubre que la vida puede ser maravillosa al conocer a una compañera de colegio con la que vive grandes aventuras. Una historia de esperanza y positividad, desde la diversión, con referentes de mujeres poderosas, capaces de inocular esas fuentes de inspiración que abren con fuerza el alma. Publicación que presenta este viernes, 14 de febrero, a las 19:30 horas, en la Casa Alberto Sols de Sax, donde también presentará su libro más reciente: Cicatrices y secretos (Cuadranta, 2025), conjunto de relatos independientes, pero unidos por un nexo común, y es que todos los personajes guardan profundos secretos o esconden una vieja cicatriz del pasado.
— Acabas de cumplir 30 años y ya acumulas decenas de premios y reconocimientos. En este sentido, ¿cuál es tu objetivo en el ámbito de la literatura?
— Pues sí, como dices ya he recibido cincuenta premios literarios, algo que todavía me sorprende a mí misma, porque es un mundo complejo y es ilusionante cuando reconocen tu trabajo y esfuerzo de esa forma. Yo comencé a escribir con ocho años. A esa edad gané mi primer concurso literario y para mí era como un juego. Desde niña devoraba libros y mi mayor ilusión era ver mis obras en el escaparate de una librería. Realmente, mi objetivo es continuar escribiendo, continuar disfrutando de esta vida artística, porque tengo la suerte de estar convirtiendo mi sueño en mi profesión.
Como siempre digo, lo que pretendo con mi literatura es que la gente reflexione. Hacer pensar al lector, que se ponga en la piel de otras realidades y otras vidas, y promover la justicia, los valores sociales. Con respecto al mundo de los certámenes literarios, gracias a él, yo he conseguido una mayor presencia en el sector y un mayor reconocimiento. Por ahora no pretendo abandonarlo, aunque por supuesto he publicado, y continuaré haciéndolo, obras que no han sido premiadas en estos certámenes.
— Tu producción literaria es prolija para tu edad ¿Compatibilizas la escritura con otra profesión o algún hobby?, ¿cómo gestionas el tiempo?
— Comencé a escribir de manera más profesional en 2016. Por aquel entonces estudiaba el grado en Derecho y ahora ya trabajo en un despacho de abogados. También continúo estudiando humanidades. Con respecto a la gestión del tiempo, no mantengo un horario fijo, cuando quiero escribir, lo hago, sea el momento que sea.
— ¿Qué desató esa pasión por la literatura que te llevó a escribir desde tan temprano y de forma tan abundante?
— Soy una apasionada por la literatura y los libros desde que tengo uso de razón. Tuve la suerte de aprender a leer muy pronto y me fascinaba crear historias, inventar. Siempre tuve debilidad por las asignaturas de lengua y literatura e historia y, poco a poco, fui introduciéndome en el mundo de los concursos. Primero a nivel local, luego provincial y autonómico, hasta que en 2016 di el salto a los certámenes a nivel nacional. Mi madre también jugó un papel muy importante, porque siempre ha sido una enamorada de los libros como yo.
— Cuando miras atrás para observar esos inicios, que son relativamente recientes, ¿qué sientes?
— Siento un gran respeto y una emoción inmensa al ver todo lo que este mundo literario me está entregando. Implica también mucho trabajo y esfuerzo, pero realmente, como hago algo que me apasiona, no me siento presionada, sino que disfruto con ello. Escribir es mi forma de entender el mundo y, hablar con los lectores y dedicarles parte de mi tiempo, es otra de las facetas que me encantan.
— ¿Cómo dirías que ha evolucionado tu escritura en este tiempo?
— Por supuesto, mi forma de escribir no es la misma que cuando era niña y, también, desde que comencé a dedicarme a este mundo profesionalmente, en 2016, he ido evolucionando, perfeccionando la técnica o incluso dándole mayor importancia a la prosa poética que tanto me gusta. Sin embargo, creo que lo que permanece inalterable, y eso también me lo han comentado los lectores, es la esencia temática de mis historias. Siempre procuro que mi literatura haga reflexionar al lector y enaltecer la importancia de los valores sociales.
— Has abordado diferentes géneros ¿Con cuál has disfrutado más y por qué?
— Mi evolución como escritora me ha llevado a cultivar diferentes géneros, incluso el relato y la novela negra, que no era un género que en un primer momento pensase en escribir. Me centraba más en la literatura social, así como en el relato y la novela histórica. Pero este último año, ha sido toda una revelación incluso para mí, porque he escrito mi primera novela infanto-juvenil e incluso un ensayo académico, Tres artes en amalgama: cine, música y literatura, que ha publicado la editorial moldava Eliva Press.
Esta es mi primera publicación internacional y me parece muy llamativo que haya sido en el ámbito del ensayo porque, realmente, aunque me ha encantado investigar la relación entre estas tres artes, y estoy muy contenta con el resultado, el género de la ficción es el que más disfruto. Dentro de él, me gusta reivindicar la importancia del relato corto como un formato muy complejo en su elaboración y que en absoluto es de inferior valor que la novela.
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- Portadas de los libros de Carmen Galvañ Bernabé -
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— ¿Qué te llevó a querer dirigirte recientemente al público infantil con El tesoro de Alejandría?
— Es una idea que llevaba ya tiempo gestándose en mi mente, pero no me había parado a escribirla porque estaba inmersa en otros proyectos. Mi intención con esta novela es poner de relieve el legado de las mujeres en la ciencia y, al dirigirme al público infantil, mi objetivo es eliminar roles de género y que las niñas también tengan referentes femeninos en el campo científico-técnico.
Cuando me otorgaron el IX Premio Talento Joven Cultura de la Comunidad Valenciana a mi trayectoria, en 2022, con el premio también se reconocía un futuro proyecto y, en mi caso, ese proyecto era y es Las leyendas de Hesperia, un conjunto de novelas juveniles donde se resalta la importancia de la antigüedad greco-latina y su patrimonio cultural. El tesoro de Alejandría es sin duda el inicio y el primer acercamiento a este proyecto.
— Acabas de publicar Cicatrices y secretos, un conjunto de relatos independientes, pero unidos por un nexo común: los personajes guardan secretos o esconden una cicatriz del pasado…
— Ha salido a la venta en enero. Es mi séptimo libro y mi cuarta antología de relatos premiados. Ha sido incluso una sorpresa para mí su rápida publicación, pero en cuanto le propuse el proyecto a la editorial Cuadranta, lo apoyaron y mostraron un gran interés en su publicación.
Como digo, vuelve a ser una antología de relatos premiados y cada uno de ellos presenta una temática diferente. Se incluyen relatos históricos, de género negro, sociales e incluso, como he dicho anteriormente, con altas dosis de prosa poética. Vuelven a aparecer temas que a mí me interesan mucho, como es la igualdad de género, el ruralismo o la defensa del medio ambiente, aunque el nexo conector de todos ellos es que todos los personajes sin excepción guardan profundos secretos o esconden una vieja cicatriz del pasado.
Somos hijos de raíces, anclados a una tierra que guarda nuestros lamentos, sin importar distancias ni años. Seres hechos de cicatrices y secretos que nos definen y marcan la senda de nuestros pasos. Y eso es lo que he intentado plasmar en este libro.
— ¿Cuál es el relato que mejor recoge esa idea en esta antología?
En todas mis antologías hay un relato central que, casi siempre, es el más largo y del que parte la esencia del título del libro y su unión con los demás textos. En este caso, el relato central es Cicatrices de oro, una historia rural ambientada en el pueblo de Belmonte de San José, en Teruel. Este relato fue el ganador del XIII Certamen Literario Fernando de Ballesteros Saavedra del Ayuntamiento de Villahermosa, en Ciudad Real, en octubre de 2023. En este sentido, me gustaría aclarar, en referencia a la nueva película española Tierra Baja, que cualquier coincidencia es casualidad, porque en absoluto yo he podido inspirarme en esta película en todo caso lo contrario.