TORREVIEJA. El Teatro Municipal de Torrevieja acogerá este sábado, 18 de octubre, una cita especial: el inicio de la nueva gira nacional de Borja Niso, pianista autodidacta y creador de experiencias musicales inmersivas que han emocionado a miles de espectadores. Su espectáculo, Ludovico Musical Experience, combina música, danza, voz e imágenes en un formato audiovisual que ya ha recorrido más de 400 escenarios y conquistado a casi cien mil asistentes. Inspirado por la obra de Ludovico Einaudi, Niso se ha convertido en un fenómeno artístico y vital, un ejemplo de reinvención personal y entrega al arte. En su entrevista con Alicante Plaza comparte los orígenes de su vocación, su proceso de aprendizaje y la esencia de un espectáculo que define como “un viaje hacia el amor infinito”.

“Me vienen a la memoria dos momentos icónicos”, recuerda el pianista al hablar de los inicios de su trayectoria. “El primero, a finales de noviembre de 2015, cuando sentado con mi hijo vi por primera vez el anuncio de la Lotería de Navidad y descubrí la música de Ludovico Einaudi. El segundo, el 16 de abril de 2016, cuando lo vi en directo en el Teatro Real de Madrid. Sentí una revelación casi mágica, una conexión con mi alma y mi voz interior que me hizo descubrir mi verdadero propósito en la vida: emocionar al público a través del piano y de mi propia música”. Desde aquel instante, supo que había encontrado su camino. “Decidí dedicarme profesionalmente a la música, pese a que nunca había tocado el piano ni había cursado estudios de solfeo”.

De la ingeniería al arte

Antes de consagrarse al piano, Borja Niso trabajaba como ingeniero informático. Su transformación fue tan radical como profunda. “Ha sido un proceso muy sacrificado y de total dedicación, pero también apasionante, lleno de alegría y felicidad. He sentido una vinculación absoluta con el instrumento, descubriendo sus infinitas posibilidades, creando, componiendo, escuchando y disfrutando; sobre todo, sintiendo”, explica el artista. “Mi nueva vida me ha costado la anterior, pero ha estado cargada de amor infinito e incondicional por la música, por el piano y por el público”, añade. 

El pianista no duda al señalar al compositor italiano como su mayor referente. “Ludovico lo fue todo para mí; descubrí su música gracias al anuncio de la Lotería de Navidad de 2015 y eso me llevó a profundizar en sus composiciones, en un idioma nuevo que me permitía expresar mis sentimientos y emociones”, describe. “Gracias a él descubrí mi pasión y mi propósito en la vida: el piano”, apunta. Pero convertirse en músico sin formación académica no ha sido fácil. “El piano es uno de los instrumentos más difíciles que existen”, afirma Niso.

“Durante años, he tenido que descubrir por mí mismo, a base de miles de horas de ensayo y de prueba y error, la técnica adecuada para lograr que el instrumento dijera lo que quería expresar. Podría decirse que he creado mi propio lenguaje sonoro para tocar del modo que mi corazón y mi alma me dictan”, describe el músico. Componer sin conocimientos de solfeo o tocar con otros músicos ha supuesto un reto añadido, pero asegura que su intuición y su constancia han sido su mejor guía. “Mi intuición y mis capacidades recién descubiertas me han permitido alcanzar mis metas con mucho trabajo, esfuerzo y sacrificio”, asegura.

Una historia con música, danza y luz

El espectáculo Ludovico Musical Experience nació, según el pianista, “de la forma más mágica y bonita posible”. La idea germinó en 2020 de la mano de Cristina Gatell, su directora creativa. “Asistió como espectadora a un concierto mío a la luz de las velas en Madrid y quedó sorprendida por mi historia; días después, me escribió por Instagram, nos reunimos, me contó su idea y, poco a poco, fue tomando forma”, recuerda. “Fuimos incorporando nuevos elementos y disfrutando del proceso hasta llegar a conquistar el corazón de casi cien mil espectadores”, relata con gratitud.

Cuando se le pregunta qué hace diferente a este espectáculo, Niso responde sin dudar: “Todo. Es difícil explicarlo con palabras; una imagen vale más que mil palabras”, sentencia. Por eso anima a todo el mundo que desee vivir una experiencia mágica a acudir a verlo. “Disfrutarán de la música, de la danza, de la voz, de la interpretación, de la iluminación y de los audiovisuales”, destaca el músico. “Todo está creado con un único objetivo: hacer sentir la mayor emoción posible en directo, el amor infinito”, apunta.

La selección de las piezas tampoco es fruto del azar. “Fue un proceso complejo que hicimos Cristina Gatell y yo; definimos una curva de emoción y dividimos el espectáculo, de algo más de dos horas, en diferentes momentos”, recuerda. “Lo dibujamos en papel y, como si creáramos un puzle, fuimos escogiendo las obras, diseñando la escenografía, los audiovisuales y la luz asociados a cada instante, a cada nota, a cada frase musical, porque todo forma parte de un mismo mensaje: el verdadero poder de los sueños”, sentencia.

“La emoción debe primar sobre la técnica”

Sin partituras ni artificios, Niso construye su interpretación desde la conexión más íntima con el instrumento. “La clave está en la constancia, la perseverancia y un gran oído e intuición musical; paso muchas horas en el estudio tocando, creando, sintiendo cada nota como parte de un todo, construyendo una conexión íntima con el piano, como si fuera una extensión de mí mismo”, relata Niso, quien también confiesa aprender constantemente de otros músicos, dentro y fuera del mundo clásico, pero siempre “creando mi propio lenguaje musical y expresivo”.

Defiende que la emoción es el núcleo de toda interpretación. “Debe primar por encima de la técnica cuando uno quiere expresar un sentimiento; ambos conceptos son inseparables, pero si ponemos demasiado foco en la perfección, corremos el riesgo de perder la emoción, y eso es lo peor que puede hacer un músico”, asegura, considerándose un músico de escenario. “Todo lo que he aprendido lo pongo al servicio de la emoción en cada concierto”. Así, el público de Torrevieja será el primero en sumergirse en esta nueva etapa de Ludovico Musical Experience, un espectáculo que, más allá de la música, se propone como una experiencia emocional y sensorial total.“Quiero que el público sienta; que salga del teatro con el alma vibrando y el corazón lleno de amor”, resume.