ALICANTE. El Director de AP Consultores, José Francisco Alfonso Palop, ha recibido el Premio Aedaf a la Colaboración Asociativa 2025, concedido por la Asociación Española de Asesores Fiscales (Aedaf) durante su XXXVI Congreso Nacional celebrado en Oviedo. El galardón reconoce la dedicación, aportaciones científicas y compromiso asociativo de sus miembros más destacados. 

¿Qué ha significado para usted recibir el Premio Aedaf a la Colaboración Asociativa 2025?

Es un reconocimiento muy especial, sobre todo porque procede de los propios compañeros. Después de tantos años colaborando en la asociación, ya 24 años, que se valore ese trabajo desinteresado tiene un significado importante. En Aedaf todos aportamos sin contraprestación, únicamente por compromiso profesional y compañerismo. Por eso, que reconozcan esa implicación es algo que me emociona y me llena de orgullo.

¿Qué aspectos de su trayectoria cree que han sido más determinantes para obtener este reconocimiento?

Supongo que el tiempo y la dedicación a las tareas de gestión dentro de la asociación. He sido delegado, secretario general y responsable de formación y programación técnica a nivel nacional. Además, siempre he estado disponible para impartir charlas o conferencias y compartir conocimientos con los compañeros. Creo que son estos dos ámbitos, el de la gestión interna y la difusión técnica, de los que más se valoran en este premio. Es, sin duda, una parte importante de mi vida profesional.

¿Cómo valora el papel de Aedaf en el desarrollo profesional de los asesores fiscales y en la mejora del sistema tributario español?

Aedaf tiene un papel fundamental porque combina dos vertientes esenciales, la económica y la jurídica. La fiscalidad se encuentra justo en ese punto de unión entre las ciencias económicas y el derecho, y contar con formación en ambos ámbitos es imprescindible para ejercer con solvencia. Además, los miembros de la asociación son profesionales de altísimo nivel, lo que permite un intercambio continuo de conocimientos y experiencias. Hay un gran espíritu de compañerismo. Aedaf funciona como un gran despacho formado por muchos despachos pequeños, y eso crea una red de apoyo muy valiosa, sobre todo para quienes no pertenecen a grandes firmas. Es un modelo muy enriquecedor y diferenciador.

¿Cuáles considera que son los principales retos del asesor fiscal en el contexto actual?

Sin duda, el mayor reto es la inseguridad jurídica. En España es muy elevada y afecta tanto a los ciudadanos como a los profesionales. Basta mirar las estadísticas para comprobar la cantidad de procedimientos que se recurren y los que la Administración acaba perdiendo. Esa falta de estabilidad normativa nos dificulta asesorar a medio y largo plazo. Además, la Agencia Tributaria ejerce una enorme presión sobre el legislador, promoviendo cambios normativos cuando las sentencias resultan contrarias a sus intereses. Esto genera una sensación de indefensión y desconfianza. Nuestro trabajo debería basarse en la certeza jurídica, y hoy eso es algo que, lamentablemente, escasea.