ALICANTE. En esta parte de la converación con el diputado provincial Ximo Perles, Plaza aborda la cuestiones referentes a la coalición Compromís, el futuro de la coalición, y su reciente división en el Congreso de los Diputados con diputados en grupos diferentes, así como la actualidad nacional y de la Comunitat Valenciana.
—¿Qué futuro le ves a la coalición Compromís? ¿Seguirá tal como la conocemos o acabará siendo un único partido?
—Compromís tiene un futuro muy esperanzador, en mi opinión. Y lo digo por una razón: ahora mismo es una coalición que no tiene ninguna condena por corrupción política. Es cierto que es un espacio de carácter amplio, pero no lo veo como algo negativo. Creo que hay que normalizar la discrepancia. ¿Nos peleamos dentro de Compromís? Sí, es cierto. Pero creo que hay que entender que la discrepancia no es un problema en sí misma. Estas tensiones internas no han afectado a la gestión, ni cuando hemos estado en la oposición ni cuando hemos gobernado. Las discusiones internas no son nuevas, siempre han existido, porque somos tres partidos.
—Pero en el Congreso los dos diputados están en grupos distintos... ¿eso no es un problema?
—Yo no creo que sea un gran problema. ¿Cuál es el problema real? En el penúltimo debate, Compromís tuvo dos turnos de intervención: uno en el grupo mixto y otro en el grupo de Sumar. ¿Dónde está el problema?

—Quizás si votan diferente se puede visualizar una división…
—No creo que la discrepancia sea un gran problema, ni siquiera los votos por separado, si eso significa que estás representando mejor a tus votantes. No todos los votantes piensan igual. Cuando se planteó salir del grupo de Sumar, a mí personalmente no me convenció, no lo entendía del todo. Pero entiendo que el partido Més no se sentía representado en ese grupo. Y eso es legítimo.
A veces se magnifican ciertas cosas. En las elecciones europeas ya fuimos en coalición con Sumar, y en el Parlamento Europeo formamos grupo con otras fuerzas como ERC o el BNG. Entonces no se le dio tanta importancia. Las coaliciones electorales se utilizan para optimizar el voto y superar las barreras del 3% o el 5%, según el caso. Lo más importante es que los representantes sean fieles a quienes los han votado. Mientras eso se cumpla, no lo veo como un problema.
—¿Ves el proyecto de Sumar acabado? ¿O aún puede renovar a sus socios?
—A mí me decepcionó mucho lo que pasó con Íñigo Errejón. Lo consideraba un gran parlamentario y líder, y me decepcionó. No me lo esperaba. Sobre el futuro de Sumar, no lo sé. Se habla de una nueva coalición, o incluso de una idea más amplia como la que defiende Gabriel Rufián con una fuerza internacionalista.
Pero la realidad es que en el Congreso las circunscripciones son provinciales. Y aquí, en la provincia de Alicante, Sumar no tiene implantación real. ¿Cuántos concejales tiene? ¿Cuántos colectivos locales?
—¿Quizá hay algunos de Esquerra Unida o Podemos...?
—Sí, pero insisto: Sumar aquí no existe. Es como si dijeras de hacer una coalición con ERC o el BNG. Son partidos respetables, pero aquí no tienen representatividad. Y eso me parece una forma de engañar a la ciudadanía. Es como cuando la gente dice que va a votar a Pedro Sánchez o a Feijóo. En Alicante no votas ni a Sánchez ni a Feijóo directamente. Lo mismo pasa con Sumar: que Compromís vaya con ellos no tiene ninguna trascendencia aquí. Otra cosa es que Baldoví dé un mitin en Galicia o que Rufián venga a darlo a València. Ideológicamente hay afinidades, pero eso no cambia la realidad.

—¿Ves factible la continuidad del gobierno de Pedro Sánchez tras lo que ha pasado?
—Mi opinión, que no es la mayoritaria dentro de Compromís, es que Pedro Sánchez debería apartarse. No creo que sea culpable de nada, pero sí creo que ha cometido errores con la gente que tenía cerca. Y creo que aferrarse al cargo es un error. ¿En toda España no hay nadie que pueda sustituir a Pedro Sánchez? Yo creo que sí. Y una nueva cara podría ilusionar más al electorado progresista.
Lo que me habría gustado, en un mundo ideal, es que Sánchez hubiera dado paso a una nueva investidura. En todo caso, entiendo la postura mayoritaria en Compromís, que es resistir y mantener el gobierno de progreso, al menos hasta que se saque algo en claro. Pero creo que habría sido mejor para el PSOE y para la izquierda un relevo.
—¿Crees que Carlos Mazón agotará el mandato o dimitirá antes?
—Yo creo que aguantará. Pero quiero ser muy crítico con la prensa. ¿Por qué se le da credibilidad a alguien que ha mentido tan descaradamente? Recuerdo cuando dijo que “había llegado al Cecopi pasadas las siete” y luego se justificaba con que “las ocho y veintiocho es un hecho fáctico posterior a las siete”. Me recuerda a cuando le decía a mi madre que volvería después de comer y llegaba a medianoche.
Las únicas verdades que dice Mazón son las que le interesan. Todo lo demás es mentira. No entiendo cómo aún tiene credibilidad. Y creo que aguantará porque es una mala persona. No tiene empatía, no le importa que nadie le quiera. Ni siquiera le importa que le increpen por la calle o que ocho de cada diez valencianos quieran que se vaya. Tiene una actitud psicopática en ese sentido.
—¿Se presentará a la reelección?
—Eso depende del partido. No creo que le permitan repetir como candidato. Ahora bien, la dimisión sí depende de él, y no creo que lo haga por su falta de empatía. Incluso dentro de su propio partido ya hay un movimiento “campista” contra él. Pero a él le da igual.
—¿Ves posible un cambio de gobierno en la Generalitat Valenciana en 2027?
—Sí, lo veo factible.
—¿Pedro Sánchez convocará elecciones antes de tiempo?
—Depende. Pedro Sánchez también tiene un punto psicopático. En los grandes partidos no se convocan elecciones por responsabilidad, sino si les interesa. Si el PSOE cree que le interesa, las convocará; si no, no. Y lo mismo pasa con el PP en la Generalitat. Yo soy partidario de respetar los mandatos, salvo que el Parlamento decida lo contrario.
—Con todo lo que está pasando (Santos Cerdán, la DANA, el caso Montoro...), ¿crees que puede crecer la desafección hacia la política?
—Desgraciadamente, sí.
