VALÈNCIA. El Gobierno valenciano aprobó este jueves el proyecto de Presupuestos de la Generalitat 2025 que contienen una novedad -además de la del presupuesto Dana- respecto a los de los últimos años: se trata de unos presupuestos con menos maquillaje, más "realistas", según el término usado en la exposición de motivos. En ellos, el Consell que preside Carlos Mazón admite que no solo no podrá cumplir el objetivo de déficit del 0,1% sino que lo multiplicará casi por 12, hasta 1.788 millones de euros, el 1,15% del PIB. La mala noticia es que todavía tiene maquillaje en forma de ingresos ficticios, por lo que lo probable es que el déficit a final de año alcance los 3.000 millones.
El proyecto de Presupuestos pactado con Vox, con el que el Consell ha cumplido la mayoría de sus exigencias, asciende a 32.291 millones de euros, un 8,6% más, mientras el presupuesto no financiero, es decir, el que contempla el gasto real al excluir la deuda, asciende a 26.251 millones de euros, un 15,8% más que en 2024. Estas cifras incluyen el presupuesto destinado a la reconstrucción tras la Dana, 2.364 millones, que cuenta con financiación del Gobierno en forma de préstamo y no de transferencia, como recordó y criticó la consellera de Hacienda, Ruth Merino. Sin contar los gastos dana y la deuda, el presupuesto de gasto real de 2025 comparable con el del año pasado es de 23.887 millones, un 5,4% más.
Buena parte de este aumento corresponde al gasto en intereses por una deuda que roza los 60.000 millones de euros. Estos gastos crecen un 22,8%, hasta 1.183 millones, cifra que supera el presupuesto total de la mayoría de las consellerias.

- Fuente: GVA
Por consellerias, Sanidad vuelve a ser la de mayor peso con 9.170 millones de euros, un 7,8% más que en 2024, lo que representa el 38% del presupuesto total de la Generalitat. Merino destacó en rueda de prensa el "impulso" a la Atención Primaria con 1.738 millones (47 millones más), de la Atención hospitalaria con 4.401 millones (234 millones más), a las prestaciones farmacéuticas con 1.476 millones (240 millones más) y el hecho de que las políticas de salud mental y prevención de adicciones aumenten en 82 millones, hasta 192 millones.
Le sigue la Conselleria de Educación, Cultura, Universidades y Empleo con 7.392 millones, un 4% más, y la Vicepresidencia Primera y Conselleria de Servicios Sociales, Igualdad y Vivienda, que dispondrá de 2.864 millones, un 2% más que en el ejercicio anterior, a pesar de la caída del gasto en vivenda por la reducción de fondos europeos para esta área.
En cuanto al sector público, el gasto baja un 13,6% respecto al presupuestado en 2024 con recortes a Cacsa y las ferias y un Ivace disparado por la Dana. La radiotelevisión pública À Punt, que comienza una nueva etapa con nueva ley, nueva sociedad y nuevo consejo de administración, ve su presupuesto aumentar solo un 0,2%.

- Presupuestos por consellerias (sin los fondos europeos del mecanismo de recuperación). Fuente: GVA
Ya no importa tanto el déficit, sino el techo de gasto
La explicación del elevado déficit previsto, al contrario que en años anteriores, es que hasta ahora los Presupuestos tenían que ajustarse al objetivo marcado según la Ley de Estabilidad Presupuestaria de 2012. Esto provocó que todos los gobiernos desde 2013 con Alberto Fabra (PP) hasta el de Mazón (PP-Vox) en 2024, pasando por los de Ximo Puig (PSPV-Compromís y luego con Podemos), maquillaran sus cuentas de manera más o menos grosera inventando partidas de ingresos ficticias de cientos o miles de millones y presupuestanto unos gastos por debajo incluso de los del año anterior, especialmente los sanitarios. Se cumplía así la ley, el Gobierno central hacía la vista gorda y, pasado el año, se comprobaba que aquellos prespuestos eran papel mojado porque los ingresos no alcanzaban y los gastos eran muy superiores a los previstos.
La situación ha cambiado después de que en abril de 2024 el Consejo Europeo y el Europarlamento cambiaran las reglas fiscales para todos los países. Esta modificaición supone que el objetivo que deben cumplir obligatoriamente las administraciones es el del techo de gasto, es decir, el aumento de gasto que se fije para cada año, que en 2025 para España se estableció en el 3,2%, mientras que los objetivos de déficit y deuda son más a largo plazo. La Generalitat entiende que lo primordial ahora es cumplir el techo de gasto y así lo hace en unas cuentas en las que, con los ingresos previstos, le sale un déficit del 1,15%, casi 12 veces mayor que el fijado para las CCAA.

- La consellera de Hacienda, Ruth Merino. Foto: EFE/BIEL ALIÑO
Con ello, estaría incumpliendo la Ley de Estabilidad Presupuestaria, pero fuentes de la Generalitat aseguraron este jueves que tanto el Ministerio de Hacienda como la Airef (Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal) conocían este prespuestos antes de lanzarse. En rueda de prensa, Merino instó al Gobierno a cambiar la Ley de Estabilidad para ajustarla a las nuevas directrices europeas.
El déficit será aún mayor
Con todo, el Consell decidió este jueves, según desveló Merino, incluir dos de las tres partidas de ingresos ficticias que utilizó en 2024 para poder cuadrar el presupuesto con un déficit del 0,3%.Se trata del gasto que ocasionan los pacientes desplazados de otras CCAA y del extranjero -el llamado Foga (Fondo de Garantía Asistencial), que la Generalitat cifra en 1.022 millones de euros, un 10$% más que en 2024, y del los gastos de dependencia que supuestamente tendría que pagar el Estado, el 50% del total, cuando no llega ni a la mitad. Por esta supuesta deuda prevé ingresar 347 millones en 2025, un 32% más.
Lo que no incluye el proyecto de Presupuestos de este año es una supuesta deuda por el IVA y los Impuestos Especiales dejados de cobrar por la Comunitat Valenciana por la rebaja de precio de la luz aprobado por el Gobierno desde 2022 hasta 2024. El año pasado la partida ascendía a 464 millones y nunca se cobró.
Mazón dijo en su día que no eran partidas ficticias sino deuda del Estado a la Comunitat Valenciana, pero se trata de una deuda que el Gobierno, que ni siquiera tiene presupuestos de0 2025, no reconoce y no va a pagar. Las dos partidas de 1.022 y 347 suman 1.369 millones, que es déficit potencial que se sumaría al presupuestado de 1.788 millones, lo que signifca que el déficit presupuestario a final de año podría ascendeer a más de 3.000 millones de euros.
Ruth Merino recordó que la Comunitat Valenciana continúa siendo la autonomía peor financiada y aprovechó para volver a reivindicar un cambio del sistema de financiación autonómica o al menos que se tenga en cuenta de qué déficit parte cada autonomía para establecer objetivos flexibles. La consellera señaló también que los presupuestos de este año han visto reducidos un 74% los fondos europeos, que pasan de 1.194 millones en 2023 a solo 302 millones en 2025.