VALÈNCIA. El presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, sigue firme en su objetivo de resistir al frente del gobierno autonómico pese a la creciente presión mediática nacional que ha empezado a recrudecerse incluso con la participación decidida de cabeceras conservadoras. La pasada semana, el jefe del Consell atravesó una semana relativamente tranquila con la llegada de un nuevo temporal que fue aprovechado por el también líder del PPCV para diseñar una agenda más bien alejada de los grandes núcleos urbanos -y comunicativos- que prestó una atención casi exagerada - especialmente si se compara con la atención el día de la Dana acaecida el 29 de octubre- al fenómeno meteorológico.
El mal tiempo, que además suspendió las mascletaes y otras citas de relevancia, unido a otros focos mediáticos de carácter político como la crisis desatada en el PSPV a raíz de las tensas primarias en la provincia de Valencia, permitieron obtener a Mazón un pequeño balón de oxígeno que, no obstante, ha vuelto a agotarse esta semana.
El auto de la jueza hecho público el pasado lunes supuso un fuerte varapalo para la defensa articulada por el Gobierno valenciano a lo largo de estos meses. De forma contundente y vehemente, la instructora desmontó los principales argumentos elaborados por el equipo de Mazón para defender la gestión realizada el día de la catástrofe que causó 228 víctimas mortales. Así, consideró que el ejecutivo autonómico, donde residen las competencias de Protección Civil y Emergencias y la responsabilidad de avisar a la población, disponía de "sobrada" información procedente de la Aemet; de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ); de las 20.000 llamadas recibidas en el 112 y también por parte de la televisión pública valenciana À Punt y otros medios para tomar las decisiones que habrían salvado vidas, apartando así el argumentario del Consell que ha señalado reiteradamente el "apagón informativo" por parte de los organismos dependientes del Gobierno central.
Un escrito que ha causado estos días fuerte impacto mediático incluso en el ámbito nacional, pero que no ha propiciado quel Mazón y su equipo se muevan un sólo milímetro de sus tesis. Así, el martes fue la vicepresidenta y portavoz del Consell, Susana Camarero, la encargada de defender la posición del ejecutivo valenciano cuando fue preguntada por el pronunciamiento de la jueza: "Faltó información de las agencias estatales. Está claro que hubo dos horas y media de falta de información de la Confederación y que la Aemet falló en sus previsiones. Me reafirmo", sentenció.
- Carlos Mazón -
- Foto: EP/Eduardo Manzana
Esta postura pública de la número dos del Ejecutivo valenciano es el vivo reflejo de la posición que se mantiene en el búnker del presidente. Sin embargo, fuera de los muros del Palau, la gravedad de la situación sí se verbaliza por parte de otros cargos populares, un murmullo que se hace más sonoro cuando las voces consultadas se encuentran más próximas a Madrid. La situación, para diversos dirigentes, es "insostenible" y ha retrotraído al jefe del Consell a sus momentos más críticos, como los vividos semanas atrás con su conferencia en el Fórum Europa en Madrid, que no atrajo la presencia de Núñez Feijóo ni de Ayuso y que se saldó con un sentimiento de frialdad notablemente extendido por los dirigentes populares de la capital. Un día después llegaba el cambio de versión del presidente de la Generalitat sobre su llegada al Cecopi el día de la tragedia, finalmente situada a las 20.28 horas, mucho más tarde de lo que se había dado a entender por el propio Mazón y su equipo en manifestaciones anteriores, algo que provocó un fuerte revuelo mediático que tuvo contra las cuerdas al presidente.
Esta semana, tras el auto de la jueza, la presión ha vuelto a agudizarse, especialmente a través de varios medios conservadores como ABC -con una dolorosa portada y un editorial reclamando su marcha- o La Razón, que publicó una encuesta señalando que el "efecto Mazón" dañaba al PP. Dos informaciones que, para muchos dirigentes populares, representan una sentencia sobre el barón autonómico.
Pese a que el PP nacional mantenga públicamente las filas prietas y siga protegiendo a Mazón, el escenario se ha vuelto casi irrespirable. Este mismo miércoles, voces del partido recogidas por Europa Press admitían la situación de "hartazgo" en Génova por la situación, aunque al mismo tiempo reconocían la dificultad de plantear un relevo. No obstante, el objetivo de resistir por parte del presidente y su equipo sigue firme e inamovible. Más aún, en el corto plazo la tesis principal es que la presión amainará tarde o temprano y, aunque más tarde pueda complicarse con el proceso judicial, cada semana que caiga del calendario sin novedades será beneficiosa para el jefe del Consell.
Una posibilidad que, para otros dirigentes populares no resulta descabellada, si bien ponen como condición fundamental que no se produzca ninguna nueva información que desmienta o ponga en entredicho la versión oficial mantenida sobre lo realizado por Mazón en la tarde de la catástrofe, especialmente tras su salida del Ventorro y también respecto a su llegada al Cecopi. "Si hay algún agujero en ese relato, será inasumible", reflexionaba un cargo popular preguntado por este diario. Mientras, en la otra orilla, la líder del PSPV y ministra, Diana Morant, reclamaba este miércoles de forma enérgica la convocatoria de elecciones anticipadas, una exigencia que no parecía preocupar en demasía ayer en las filas populares, o al menos no tanto como la presión que podría haber supuesto una moción de censura que, aunque sin números para salir adelante, habría mantenido con más intensidad el foco mediático en la Comunitat Valenciana.
