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análisis vp - la pelea pública entre pspv y compromís no oculta sus propias crisis internas

La izquierda entra en crisis y olvida su 'idilio botánico' en menos de un mes

  • Puig Mas e Illueca en la sesión de Les Corts este lunes. Foto: KIKE TABERNER
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VALÈNCIA. En la política, como en el amor, las rupturas con los compañeros de proyecto vital son siempre duras. Los caminos se inician con ilusión: te agrada coger de la mano a tu pareja, apoyarla en sus planes, reforzarla en sus momentos difíciles, celebrar sus éxitos o hacerla partícipe de los tuyos. Sin embargo, la convivencia, la infidelidad o, simplemente, las diferentes circunstancias de la vida, sitúan ante los socios en una bifurcación que les lleva a la ruptura de lazos y a la separación.

PSPV, Compromís y Podem-EU fueron las cuatro fuerzas políticas que constituyeron en 2019 el Botànic II, el pacto de gobierno en la Comunitat Valenciana. Una segunda edición que se diferenció de la primera en el espíritu más romántico e ilusionante que acompañó al acuerdo de 2015, tras 20 años de gobierno del PPCV. El candidato socialista, Ximo Puig, era sólido aunque no generaba emoción en las masas; mientras que la cabeza de lista de Compromís, Mónica Oltra, era un fenómeno mediático aunque la consistencia e ideología de su partido generaba más dudas. Ambos, junto al apoyo externo de Podem, afrontaron una legislatura con el impulso y la fuerza de los que llegan a cambiar las cosas.

No obstante, la vigilancias y desconfianzas entre los dos socios de gobierno crecieron en la recta final de la legislatura: Puig adelantó un mes las elecciones autonómicas para hacerlas coincidir con las generales que había convocado el también socialista Pedro Sánchez, con el objetivo de aprovechar su tirón electoral -estaba en un buen momento- y también la movilización surgida contra la irrupción de la extrema derecha representada por Vox. Compromís se enfadó y pataleó, dado que le perjudicaba ese cambio en el calendario al ser un partido únicamente autonómico y de obediencia valenciana, pero Puig había hecho uso del 'botón nuclear' al que tienen derecho los presidentes. El Botànic, sin demasiada ventaja, pudo volver a gobernar, pero algo en se rompió en la relación de los dos socios, que pasó a ser una pareja separada que, por circunstancias, convive con las dosis justas de cariño.

Estos antecedentes son importantes para conocer la situación actual de la izquierda valenciana y entender, cómo en apenas un mes, los socios durante ocho años han pasado a decirse todo tipo de lindezas en redes sociales y también a través de los medios de comunicación, en una vana disputa por vencer en un relato que versa sobre quién tiene razón en el reparto de las miserias tras la derrota.

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