ELCHE. La II Jornada Técnica de Promoción Turística de los Municipios de la Costa Blanca como destino de cruceros, celebrada recientemente, ha puesto de manifiesto una de las principales barreras para consolidar este sector en la provincia: la falta de autobuses para trasladar a los cruceristas en sus visitas organizadas a los municipios del interior.
Pese al crecimiento notable del turismo de cruceros en Alicante —con 108 escalas programadas este año y más de 234.000 pasajeros recibidos en 2023, según datos de la Autoridad Portuaria—, la demanda de excursiones supera la capacidad logística actual, especialmente en cuanto a transporte terrestre. Joaquín Doménech, agente portuario en Alicante, Cartagena y Almería, fue claro: “Nos faltan recursos a la hora de transportes. No tenemos autobuses disponibles antes de las 9:30 porque están cubriendo rutas escolares. No podemos ofrecer todo lo que la naviera nos pide”.
Montse Alonso, directora general de Calypso Tours, reforzó esta advertencia al señalar que la planificación del transporte requiere previsión mínima de dos años. “No puede ser que no haya autobuses a las 8:30. Y tampoco podemos pagar el doble para que un bus esté disponible solo porque no hay colegios. Falta flexibilidad”, denunció.
La situación se agrava en días de alta afluencia o escalas simultáneas, cuando las empresas se ven obligadas a duplicar excursiones o a descartarlas si no se alcanza el cupo completo. La consecuencia, advierten los operadores, es una oferta limitada que no siempre se ajusta a las expectativas de las navieras ni de los propios turistas.
El potencial del turismo de cruceros para dinamizar la economía local quedó patente en la jornada, organizada por la Asociación Alicante Costa Blanca Turismo y Cruceros con la participación del Patronato Provincial de Turismo y la Autoridad Portuaria. Según los responsables del estudio presentado, basado en más de 4.000 entrevistas, el 74% de los cruceristas recomendaría la provincia como destino. Experiencias como el Huerto del Cura en Elche, las cuevas de Rojales, las salinas de Torrevieja o las rutas de aromas en Alicante han tenido una buena acogida entre los visitantes.
Francesco Balbi, director de la terminal de cruceros y representante de Global Ports, subrayó la singularidad de Alicante en el panorama nacional: “Somos el noveno puerto español en número de pasajeros y destacamos por una colaboración público-privada que no tiene parangón”. Aun así, reconoció que el éxito del sector depende no solo de la infraestructura portuaria —que ha sido reformada con más de dos millones de euros— sino también de la capacidad del territorio para responder a la demanda en destino.
Desde el Patronato de Turismo, su director José Mancebo abogó por tratar los cruceros no solo como un producto turístico sino como una puerta de entrada a la provincia: “Tenemos que ofrecer experiencias de dos a tres horas que se ajusten al tiempo de escala. Cuatro horas ya es arriesgado”.
En definitiva, la jornada evidenció que el turismo de cruceros es una oportunidad estratégica para la Costa Blanca, pero requiere reforzar su engranaje logístico, especialmente en transporte, para no perder competitividad frente a otros destinos del Mediterráneo.