Comunitat Valenciana

Análisis VP

El vodevil del PSPV de Valencia y las consecuencias para Diana Morant

La fotografía que deja las primarias es la de un partido dividido, entregado a Madrid y con dificultades para que su líder rentabilice en primera persona la mala situación del Mazón

  • Soler, Morant, Sánchez y Bielsa en el congreso de 2023

VALÈNCIA. Las primarias del PSPV en la provincia de Valencia se saldaron el pasado domingo con una apretada victoria por 21 votos (con la participación de 6.800 militantes) del alcalde de Mislata, Carlos Fernández Bielsa, frente al primer edil de Riba-roja, Robert Raga, considerado el favorito de la secretaria general del partido y ministra, Diana Morant.

Un proceso que atravesó posteriormente una serie de rifirrafes y recursos en varios municipios desde ambas candidaturas que pusieron de manifiesto la división existente en la formación socialista entre las dos facciones que acumularon cada una el 49% de los votos. Finalmente, y ante el cariz que habían tomado los acontecimientos, la líder del PSPV tomó las riendas para poner fin a la polémica y conseguir que se llegara a un acuerdo entre Raga y Bielsa que certificaba la victoria de este último a cambio de una voluntad de integración en la próxima dirección provincial.

Resulta evidente que cuando el líder de un partido, en este caso Morant, no consigue que uno de sus candidatos triunfe en un proceso de estas características, sufre un descenso en su autoridad y crédito político. Pese a que la secretaria general no escenificó públicamente su apoyo a Raga en ningún momento, es de todos conocido que este respaldo existía. Es más, en el congreso nacional del PSPV celebrado el último fin de semana de enero, la propia Morant y su equipo trataron de convencer a Bielsa para que aceptara continuar en un puesto privilegiado en la dirección autonómica del partido y que desistiera de seguir al frente de la provincia. El alcalde de Mislata declinó la oferta consciente de la importancia para su carrera política de mantener la posición orgánica en Valencia: pocos días después, se confirmó la candidatura de Raga.

Estas maniobras previas sirvieron al alcalde de Mislata para articular un axioma de campaña, difundido con intensidad por los suyos, dirigido a posicionarse como el candidato de la militancia frente al aparato. Un mensaje efectista utilizado por Pedro Sánchez en las primarias de su regreso al poder en 2017 y que ha hecho fortuna en el PSOE en los últimos tiempos, aunque en pocas ocasiones de forma realmente justificada como sí ocurrió en aquel proceso ganado por el ahora presidente del Gobierno.

Bielsa, Morant y Raga
  • Bielsa, Morant y Raga -

Obviamente, igual de militantes son los 3.400 afiliados que apoyaron a Raga que los que respaldaron a Bielsa y, en cuanto al aparato, ese soporte de la dirección del PSPV con el de Riba-roja no se escenificó tampoco en los actos, donde por ejemplo no contó con el apoyo público y visible de dirigentes destacados como la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, o del secretario de Estado Arcadi España, que se mantuvieron al margen al pertenecer a la dirección federal del partido. Eso sí, es cierto que buena parte del equipo más próximo a Morant trabajó para Raga, mientras que en la otra orilla Bielsa hizo servir toda la estructura establecida en la dirección provincial que lidera, más los asesores y diputados designados por él en la Diputación, para dedicarse en cuerpo y alma a recoger votos en estas primarias. Así que, en definitiva, en ambos casos había militantes y aparato, y en cuanto a los reproches de fondo entre ambas candidaturas, este diario ya informó de ello durante el proceso.

De esta manera, el ajustado triunfo de Bielsa, que probablemente dará lugar a escaramuzas previas al congreso y durante el cónclave que se celebrará entre el 4 y el 13 de abril, aviva las dudas que desde hace tiempo vienen surgiendo en torno al liderazgo de Morant en el PSPV. Cabe recordar que el propio Bielsa y su homólogo en Alicante, Alejandro Soler, trataron de postularse en la carrera a la sucesión de Ximo Puig a principios de 2024. Finalmente, Pedro Sánchez dejó claro que su favorita para el puesto era Morant, lo que dio lugar a una negociación intensa entre la ministra y los dos barones provinciales con el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, como mediador.

Conviene detenerse en la figura de Cerdán en este punto, que mantiene una gran relación con Soler desde hace años. De hecho, la sensación de aquel proceso es que sólo el respaldo claro del propio Pedro Sánchez a Morant obligó a que el secretario de Organización se implicara al máximo en evitar el concurso de Soler y Bielsa en unas primarias que preferían evitarse para no abrir en canal el PSPV. En este sentido, la pérdida de fe en que desde Ferraz -o más bien desde Organización- se pretenda beneficiar a Morant está bastante extendida en la dirección de los socialistas valencianos, lo cual resulta más que curioso cuando la líder del PSPV es una apuesta de Sánchez. Esta sensación, basada en hechos reales, contribuyó probablemente a que Morant decidiera detener el intercambio de golpes poscongresuales entre Raga y Bielsa ante el temor de que Ferraz diera carpetazo al asunto para evitarse problemas y diera por bueno el resultado del domingo sin repetir votaciones.

Por otro lado, echando la vista atrás, aquel acuerdo en 2024 alcanzado por Morant con Bielsa y Soler, queda ya muy alejado. Aunque en Alicante ha habido pacto para que el alcalde de Elda, Rubén Alfaro, sea el nuevo secretario general de la provincia, no ha pasado desapercibido que muchos de los apoyos recibidos por Bielsa en la provincia de Valencia en las primarias, así como los que han respaldado a la candidatura en Castellón de Isabel Albalat frente a Samuel Falomir, considerado próximo a Morant, provienen de sectores del partido que mantienen o han mantenido buena sintonía con Soler. ¿Esto significa que existe una alianza entre Bielsa y Soler para dejar a la líder del PSPV en una situación de cierta debilidad, desgaste o cuestionamiento? No necesariamente, aunque más de uno lo piensa, pero lo que sí está ocurriendo es que Morant no termina de percibirse como una secretaria general consolidada e indiscutible.

Pilar Bernabé y Diana Morant
  • Pilar Bernabé y Diana Morant -

Y en una posición de cierta inestabilidad como esta se propician debates -artificiales o no- que de otra manera no tendrían lugar. Es el caso del runrún existente sobre la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, con extraordinario protagonismo -incluso promovido por Sánchez- desde la terrible Dana del 29 de octubre, que ha empezado a sonar como una posible alternativa a la propia Morant como candidata a la Presidencia de la Generalitat. Un debate que cala con notable facilidad en la militancia, dado que la presencia mediática y física de Bernabé en la Comunitat es más constante y destacada que la de la ministra y líder del PSPV, lo que da crédito a esa posibilidad que se desliza en los medios. Así, poco importa que la hoja de ruta oficial indique que la delegada del Gobierno será la próxima secretaria general del partido en la capital y su objetivo se encuentra en ser candidata a la Alcaldía de València: el debate proseguirá porque es jugoso y porque no resulta descabellado.

Con este escenario, uno de los principales problemas de Morant desde que tomara las riendas del PSPV ha sido su presencia limitada en la Comunitat por la agenda dividida con el ministerio y el enfoque demasiado servilista sobre diversas cuestiones (financiación, condonación de la deuda, fondo de nivelación, posible apoyo a los presupuestos de Mazón...) con la perspectiva deseada por Moncloa y Ferraz. Unos posicionamientos que, y estas dudas las expresan muchos dirigentes socialistas, no han contribuido especialmente a fortalecer ni a distinguir a Morant como líder de la federación valenciana, sino más bien como estilete de Sánchez, algo que en muchos momentos tampoco podría asegurarse que sume enteros a la dirigente.

A ello hay que sumar que el papel de Morant en la etapa de posdana no está resultando especialmente destacado, a diferencia de la visibilidad acumulada por la citada Bernabé. Es por ello que, a día de hoy, la líder del PSPV no ha terminado de poder situarse en primera persona como la alternativa al presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, que atraviesa momentos críticos por la gestión de la catastrofe. En este sentido, la idea de redoblar la presión en las últimas semanas sí parece haber mejorado en cierta medida la posición de Morant en el debate valenciano, pero el traspiés orgánico sufrido esta semana, seguido del rifirrafe de recursos, ha puesto de manifiesto que la líder del PSPV necesita una revisión de su estrategia hacia la federación valenciana si no quiere fiarlo todo a cómo soplan los vientos de la política nacional cuando llegue el momento de enfrentarse a las urnas por recuperar la Generalitat.

 

 

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