VALÈNCIA. La reforma de la ley electoral que plantea el Botànic y cuya modificación más sustancial es la rebaja del listón electoral del 5% al 3% vuelve a quedar en el aire en esta legislatura por enésima vez. Y, de nuevo, quien podría hacerla inviable este mandato vuelve a ser el grupo parlamentario Ciudadanos, que precisamente por su situación actual -la debacle en las elecciones catalanas o la desaparición en la Asamblea de Madrid tras las madrileñas del pasado 4M- es una de las formaciones a las que más conviene un cambio de este calado. 

La posición dentro del grupo parlamentario no es unánime, puesto que hay diputados que se niegan en rotundo a bajar el listón porque consideran que esta reforma "beneficiaría a los partidos de izquierdas y perjudicaría a la derecha". Posicionamiento que, no obstante, no es nuevo. Hace unas semanas, tal y como publicó este diario, la mitad de los diputados mostraron su malestar y disconformidad con el hecho de que la síndica, Ruth Merino, asegurara en una rueda de prensa tras la Junta de Síndics que presentarán enmiendas a esta ley. 

Un escenario que varios de los parlamentarios ni siquiera contemplaban porque estaban "en contra" de validar los cambios que propone el Botànic en el texto que hasta el día 18 de junio podrán enmendar el resto de fuerzas políticas. La revuelta interna surgió cuando el grupo todavía lo componían 18 diputados, y aunque desde entonces cuatro parlamentarios críticos con la dirección del grupo y del partido han abandonado las siglas naranjas y se han marchado a no adscritos, con ello la división en torno a esta cuestión no se ha disuelto.