ELCHE. "Qué apropiado, tú peleas como una vaca", "luchas como un granjero" o "Mira, detrás de ti, un mono de tres cabezas". Son sólo algunas de las frases célebres del entrañable pirata Guybrush Threepwood, protagonista de la aventura gráfica por antonomasia: Monkey Island. Una producción de LucasArts que ha permanecido en el imaginario colectivo y cuya influencia llega hasta nuestros días. A barrios ilicitanos como Carrús —más concretamente, La Rata—, poseyendo como buen espíritu de LeChuck a almas ingeniosas y talentosas como la del ilicitano Héctor Bometón (1989), más conocido en el mundo de internet como 'Mierdecitas'. Pero más conocido aún por ser aquél que hizo el glorioso gif milenarista de Fernando Arrabal.
Bometón vive actualmente en Madrid, donde se trasladó allá por 2013/14, aunque después volvió a su Elche natal para acabar en la capital de nuevo en 2018. Además de haber hecho un par de libros de viñetas de humor absurdo e inflarse a hacer los gifs de los personajes más conocidos, Bometón se embarcó hace tres años en un proyecto diferente: crear un videojuego con el pixel art que tanto le gusta. A él y al todopoderoso mundo de Internet. Su obra, Superego, de la que es protagonista, ha estado recaudando estos días en Kickstarter el dinero necesario para poder lanzarlo aproximadamente a finales de año. Y lo conseguirá porque justamente el domingo 17 de junio se cierra el grifo, aunque ha superado las expectativas, ingresando más de lo propuesto.
Pero, ¿por qué invertir el dinero de varios cubatas en Superego? ¿Qué tiene de diferente de otros juegos indie o de estilo retro? Superego se desarrolla en lugares reales de Elche y de Madrid, su ciudad de origen y la que hoy le acoge. El morbo de ver su deambular neurótico con sus surrealistas aventuras en tu barrio, en la plaza donde pierdes los papeles los sábados por la noche o en ese monumento en el que ves a guiris hacerse selfies a diario. Desde la Glorieta ilicitana y unos Rejis del 24 Horas del Odeón (o no), hasta el clásico BBVA junto al metro de Lavapiés, esta aventura ya ha dejado claro con su demo que las expectativas son altas por el ingenio y entretenimiento que rezuma el juego, haciéndose fuerte en las cosas millenials, que no milenaristas, del día a día. Con el plus de que sea en tu ciudad, además de experimentar una especie de turismo pixelado. Incluso hay una versión del 'Aromas Ilicitanos', para los más chovinistas de Elche. De todo ello y mucho más, como el odio irracional a la carrera de Publicidad, ha hablado con él Alicante Plaza —perdonándole eso sí que se haya inventado los semáforos con botones para cruzar el Puente de la Virgen—.