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La compañía afronta ahora una nueva etapa

César Nohales: "Una histórica como Cantueso Oro no se podía abandonar, era un reto difícil pero no imposible

  • César Nohales, en la sede de la compañía / Fotos: RAFA MOLINA

ELCHE.  En el año 2020, marcas como Cantueso Oro, Nugolet o el licor de dátil, enseñas históricas y parte del imaginario popular ilicitano, estuvieron a punto de que su destilería, Salas y Sirvent, quedase abocada al cierre por entrar en concurso de acreedores. Finalmente, la compañía se pudo salvar por la adquisición del empresario afincado en Elche César Nohales (Sisante, Cuenca, 1964). El veterano empresario, exdirector general de Los Serranos, con nutrida experiencia en el sector cementero y la construcción, también conocido por su periplo como consejero en el Elche CF, cumple ahora un año al frente de la empresa y en un sector nuevo. Con el objetivo de rescatar el esplendor de la empresa y aumentar su influencia, afronta ahora una nueva etapa con ilusión por aterrizar con nuevos productos y en un mercado internacional. 

- ¿En qué momento y cómo se entera de la situación de Salas y Sirvent?

- Fue bastante casual. El tema me viene a través de un amigo abogado, me comenta la situación de la compañía. Había leído algo por la prensa del concurso de acreedores, de su situación, pero sin más interés por el tema. Y me dice que se están planteando la no continuidad de la sociedad y del negocio y que se contempla la venta de la unidad productiva porque la familia o las nuevas generaciones no se sentían con la capacidad suficiente para continuar o simplemente no veían viabilidad. Me pareció algo bastante temerario cuando me lo plantearon, pensando a qué me había dedicado yo siempre, pero me picó la curiosidad de saber qué era esto. Una marca histórica como Cantueso me parecía una barbaridad que terminase abandonada. Cuando me metí en los números e hice un pequeño análisis de la situación, pensé que era un reto bastante difícil, pero no imposible. 

Estamos hablando de productos de máxima calidad, y tenían la ventaja de que pueden ser exportables, pueden viajar mucho. Era una cuestión de ponerse el mono de faena y tratar de salir. Nos metimos en harina, hicimos oferta por la unidad productiva al administrador concursal y al juez, todo tenía que ser a través del juzgado. Se consideró aceptable y se negociaron las condiciones. Yo me quedé con una parte importante del personal que había en la organización, respetando todas sus condiciones de antigüedad. Que es lo que marcaba el propio concurso, no era nada extraordinario; era lo que teníamos que hacer. Ahora que se ha cumplido un año de la compra, hicimos un pequeño almuerzo con la gente, porque además hemos cogido la tradición de que en cada cumpleaños aprovechamos para relacionarnos con la gente. Y la verdad que el recibimiento ha sido magnífico, la gente se vuelve a encontrar ilusionada, gente que realmente vuelve a creer… Cuando llegamos, estaban a la espera de desaparecer, de cobrar su indemnización si había dinero para cobrarla, pero se encontraron a alguien dispuesto a seguir adelante, poner esto en valor y eso es lo que hacemos. 

- ¿En qué situación se encuentra la empresa cuando entra?

Estamos hablando de productos de máxima calidad, y tenían la ventaja de que pueden ser exportables, pueden viajar mucho. Era una cuestión de ponerse el mono de faena y tratar de salir

Fundamentalmente una empresa abandonada. A nivel de instalaciones, un poco dejada. Nos dedicamos los primeros meses solo a quitar trastos, limpiar el jardín y todo a nivel general, orden… En la vida no solo hay que ser bueno, sino además parecerlo. Eso es lo que no nos encontramos en la empresa. Seguimos teniendo instalaciones muy antiguas pero que funcionan muy bien. No están ni mucho menos como para tirarlas. Es verdad que ya trabajamos en un futuro con cómo nos gustaría que estuviera. Hay que recordar que estuvo dos años en concurso y al final la gente acaba pensando que el tiempo se acaba, que es una cuenta atrás y esperando que se dé la orden. Y esto hace que la gente inconscientemente se relaje, se olvide de que tiene que trabajar, pero sí nos encontramos con el corazón de la empresa: los productos, que son magníficos. El gerente sigue con nosotros, Pepe Escobar. Es nieto de uno de los fundadores, es un ejecutivo magnífico, licenciado en Ciencias Químicas, que diseña productos magníficos. Y si tienes buena materia prima es una cuestión solo de trabajarlo. Y de poderlo vender y que la gente lo conozca. Cuando lo logremos el éxito estará asegurado. Luego a nivel personal, familiar, empresarial, intentamos no marcarnos objetivos excesivamente ambiciosos para evitar grandes frustraciones. Esto es un proyecto de largo recorrido al que le ponemos mucho cariño.

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