Aunque siempre ha dado una imagen de modélica, la agrupación socialista de Elche se enfrenta a nuevo envite: el de elegir, de nuevo, secretario general, cargo que en la actualidad ostenta el alcalde, Carlos González, pero al que, al parecer, no se quiere volver a presentar por miedo a una derrota.

Hace meses, en Alicante Plaza, se dio cuenta de la soledad interna del primer edil ilicitano. De los cuatro bandos en los que se dividió la agrupación en el anterior mandato, tras la creación de la gestora, tres están hoy en día aliados, de alguna manera, con el ex alcalde y líder sanchista Alejandro Soler.

Y claro, ahora viene el examen de presentarse a la reelección, del que Carlos González huye a la espera de una solución intermedia que le deje bien parado y le haga de trinchera ante el más que probable asalto de Soler (o en persona o a través de un emisario).

Esa solución intermedia pasa porque el ex primer edil Diego Macià intente -así se lo han encargado- poner a varios sectores de acuerdo y presente a la actual concejala de Hacienda, Ana Arabid, como secretaria general, una especie de cordón sanitario contra Soler, que hoy mismo tiene la mayoría de la agrupación. En esa labor parece que están, además de Macià, el actual director general de Sociedad Parque Temáticos, Antonio Rodes, y el diputado provincial, José Pérez.

Alejandro Soler, en el congreso provincial. Foto RAFA MOLINA

Esta operación permitiría una salida airosa a González, pero no le impide encarar el proceso de confección de la lista municipal en plena debilidad, algo que admite el entorno del alcalde. Pero peor puede ser el escenario de Soler asaltando, en primera persona, si es que se da el caso, la secretaría general: Soler tiene una espinita clavada en el corazón, y es haber sido el primer regidor  que perdió el poder tras 32 años de gobiernos socialistas. Y la tentación podría ser volver...quién sabe. Y ojo porque el hoy líder sanchista, repudiado y humillado en su momento por ximistas y pajinistas, puede mantener su cargo en la dirección federal y ser secretario general local.

Pero sea como fuere, lo que está claro es que González podrá mantener con suerte el número uno de la lista y a partir de ahí pondrá a quién pueda (al concejal de Urbanismo, José Manuel Sánchez, ya no porque viendo el percal ha anunciado que deja la política): el sachismo se encargará del resto. El hoy alcalde hoy podría tener más margen de confianza, pero Ximo Puig ha evitado utilizar el DOCV para ello: sus adversarios siguen conspirando como si nada hubiera pasado, y posiblemente el cisma de Elche sea de los más importantes que tenga el PSPV, más allá de aquellos en los que no gobierna.

En algunos puede hacer experimentos, en Alicante es fácil cambiar al candidato, pero en Elche es susto o muerte (internamente hablando). Sin olvidar que Ciudadanos está de subidón en toda España -especialmente en las grandes ciudades-, y esta vez todo hace indicar que no habrá un partido surgido del odio para evitar la mayoría del centro derecha, si es que dan los números. Apasionante lo de Elche, pese a que a veces no tengas los focos mediáticos que merece.

Soler abraza a José Chulvi en presencia de los alcaldes de Alicante y Elche.