Pablo Casado noqueó a Santiago Abascal. Unos ven un cambio de hora, otros el nacimiento de una estrella y los demás sienten que la venganza será terrible. De hecho, Vox ya ha pegado una atronadora patada al tablero en Alicante. Todos esperan que José María Aznar López descienda de su infernal neoplatónico cielo celestial y pronuncie -tan ta chán- sus palabras sagradas. El Sumo Pontífice recibe a Pedro Sánchez en el primer aniversario de la exhumación de los restos mortales de Francisco Franco. Sexo. Drogas. Rock&Roll. Impuestos. Monseñor Cañizares se abstiene de pronunciarse sobre Bergoglio, de su larguísima capa roja en concreto y de la homosexualidad en general mientras aún resuena el grito de guerra en sede parlamentaria de Joan Baldoví: “Viva el Papa”. Todo el Bloc sector cureta derrama en ese instante un mar de lágrimas que ahora mismo desborda su pantalla querido y temido lector. Un paño, un sorbito de lo que sea y una sonrisa. Ya está. Aquí entra a tope la verdad desgarrada de Janis Joplin. Y un gramo de la inteligencia divina pijócrata de Cayetana Álvarez de Toledo - Peralta Ramos, la única intelectual que ha guionizado España tras Belén Esteban, Ortega y Gasset y Enrique Bunbury. Federico Jiménez Losantos y Carmen Lomana rogad por nosotros. Amén.
Darrer diumenge d’octubre. Esta mañana se declarará un nuevo Estado de Alarma con el apoyo de Inés Arrimadas. Aunque ahora siguiendo el modelo alemán gestionado por autonomías. El Consejo del martes o quizás el viernes -si se aclara el bloque de la investidura con la regularización de los alquileres- se aprobarán los primeros presupuestos de la nueva era. Los pensionistas suspiran. Tiemblan. Antonio Gala cumple 90 años en un monasterio. Nadie mordió a la socialista Sandra Gómez. Un dedo menos y un ladrido más. El ambiente huele a Leonard Cohen, Stevie Nicks, Tom Waits y Manolo Escobar. Vuelve el trench beige, el abrigo borreguito, el bou embolat de Vila-Real. Y Borat.
Luis Barcala se siente nuestro Cary Grant. Triste, sin cabalgata de Reyes Magos ni Nochevieja, pero con luces y su belén gigante. El alcalde Alicante, con sus katiuskas puestas chapotea cantando bajo la lluvia cantueso oro contento por ese embrujo eterno -pero insuficiente para cuadrar las cuentas- que encandila a nuestra Lily Collins, nuestra ‘Emily in Paris’. Por su hechizo -mira que es guapo- a ese capricho de la belleza, la sapiencia supina y dechado de aburrimiento creativo que es la vice para nada, la esperanza blanca de Ciudadanos: Mari Carmen Sánchez. Símbolo eterno del enamoramiento alicantoniano: nuestra pareja ideal y abierta, nuestros Brad Pitt y Nicole Poturalski. Polvo africano salvaje. El eje progresista liderado por Francesc Sanguino junto a Natxo Bellido y Xavier López funciona como la expansión del universo. Luz. Veloz e implacable. Carlos Mazón, bien, gracias por preguntar, seduce al guapísimo Toni Cantó que dice una cosa en al cap i casal y otra en Alicante sobre el Fondo de Cooperación. Gerard Fullana nota que la punteta seua aixà se queja: calle vosté i parle vosté. Sara Socas trapea por área metropolitana a Miguel Hernández. Gemma Alcalá y Rosalía Iglesias las mujeres de Villarejo y Bárcenas entran en prisión. Juan Carlos I sigue sin aparecer.