Alicante

Una 'tormenta de verano' en la gestión de las playas de Alicante

La sucesión de incidencias en los espacios dedicados al baño en el litoral de la ciudad de Alicante complica las vacaciones a vecinos y visitantes

  • El nuevo espigón de El Cocó, en Alicante.

ALICANTE. Pestillos de cabinas de aseo que no cierran en la playa de Urbanova, toldos polémicos en Tabarca, piedras en El Postiguet, chiringuitos sin montar en La Albufereta, obras prolongadas en San Juan o servicios básicos con retraso en varias playas. Esos son solo algunos de los problemas que se han planteado en lo que va de temporada estival en los arenales del término municipal de Alicante, incluido el entorno de Tabarca, que han encadenado este verano una larga lista de incidencias. Lo que debería ser un escaparate turístico de excelencia se ha convertido en muchos casos en una carrera de obstáculos que ha conformado una ‘tormenta perfecta’. Y, tras cada tropiezo, se muestra un patrón claro: una gestión fragmentada en la que distintas áreas municipales se reparten las competencias sin una estrategia cohesionada.

De hecho, en muchos casos el problema ha radicado en la burocracia a la que se han visto obligados distintos proyectos que lo que pretendían era mejorar los servicios mientras que lo que han conseguido ha sido retrasarlos. Aunque la Concejalía de Playas figure en el centro de la gestión, muchos de estos problemas tienen su origen en alguna otra de las áreas implicadas —Infraestructuras, Contratación, Medio Ambiente o Limpieza—, que ha impedido que las soluciones llegaran a tiempo. Muchas de esas incidencias, para colmo, se han dado bien entrado el verano, cuando los turistas estaban tumbados en la arena y los vecinos reclamaban lo que debería estar garantizado: servicios públicos bien mantenidos, accesibilidad real y seguridad.

San Juan: obras eternas y alcantarillado colapsado

La playa de San Juan ha concentrado buena parte de las quejas. A los trabajos de reforma del paseo marítimo se ha sumado este verano un reventón del sistema de alcantarillado que ha obligado a actuar de urgencia. Las consecuencias han sido visibles: presencia de maquinaria pesada, tramos clausurados, acumulación de agua, obstáculos de paso y dificultades para la circulación peatonal y ciclista en una de las zonas más frecuentadas del litoral alicantino.

  • Una de las pasarelas instaladas en la zona de acceso accesible de Playa de San Juan - Foto: PEPE OLIVARES

Albufereta: una playa sin bandera azul ni servicios

Este año, por primera vez en mucho tiempo, la playa de la Albufereta no ha obtenido la bandera azul, uno de los sellos de calidad más valorados por los turistas europeos. La razón es que el Ayuntamiento de Alicante optó por no presentar la correspondiente candidatura en esta convocatoria al considerar que no podría revalidarla con motivo de las obras que se van a acometer en el muro del arenal. A ello se suma la falta de accesibilidad en algunos puntos de entrada y que durante todo el mes de julio no ha habido sombraje. Tampoco cuenta con el habitual chiringuito por retrasos en la licencia por parte del concesionario, que desde el pasado 26 de junio ha sido incapaz de validar la documentación técnica del proyecto.

El Postiguet: piedras, espigón y accesos colapsados

En pleno corazón de la ciudad, la emblemática playa del Postiguet ha vivido también un verano irregular. Las obras del nuevo espigón en El Cocó —una infraestructura pensada para proteger la línea de costa y contener la regresión del arenal— han dejado tras de sí restos de piedra en la zona de baño. La imagen es desconcertante: bañistas sorteando las piedras donde antes había arena fina, incluso en la zona de atención al baño para personas con movilidad reducida. El Ayuntamiento ha pedido a Costas que retire las piedras, pero la respuesta ha sido que hay que esperar a que el mar las cubra de forma natural. Un proceso que puede durar un año.

Tabarca: caos en los toldos y accesos deficientes

Ni siquiera el paraíso natural de Tabarca se ha librado del caos. Si ya viene siendo habitual la mala imagen que ofrece a los visitantes encontrarse con los contenedores de basura y sus malos olores como recibimiento en la isla, este verano, además, los toldos para dar sombra contratados a través de los Planes de Sostenibilidad Turística en Destinos (PSTD) se han tenido que retirar antes de lo previsto porque la Conselleria de Cultura considera que, aunque no vayan anclados (la estructura a la que ha habido que recurrir también ha sido objeto de controversia), afectan a la imagen general del BIC. El resultado: un mes de julio sin sombra, en una isla sin apenas vegetación ni espacios alternativos.

  • Los toldos ya instalados en la isla de Tabarca

Servicios adaptados: tarde y mal dimensionados

Una de las grandes apuestas de Alicante en los últimos años ha sido el refuerzo de los servicios de baño adaptado, clave para garantizar el acceso a la playa a personas mayores o con movilidad reducida. Sin embargo, este año su activación ha llegado con retraso en varias zonas, aunque a cambio (el servicio entró en funcionamiento una semana más tarde) la nueva empresa ha incrementado el personal destinado a ayudar a los usuarios. La dotación de medios técnicos, en cambio, ha sido desigual entre playas y no siempre se ha respondido con agilidad a las reclamaciones. De nuevo, la gestión compartida entre varias áreas (las boyas y las barandillas son de Infraestructuras) ha ralentizado la solución. Al menos, el Ayuntamiento de Alicante ha pedido disculpas a los usuarios ante tanta incidencia en plena temporada alta.

Un rompecabezas competencial

Detrás de cada una de estas problemáticas hay un denominador común: la dispersión de competencias entre distintas concejalías municipales. Playas puede tener el conocimiento técnico, la cercanía al terreno y la voluntad de actuar, pero no tiene control directo sobre todos los contratos de accesibilidad, sombraje, limpieza, obra pública o movilidad. Cada decisión debe pasar por un laberinto administrativo que alarga los plazos y multiplica los errores. Una fragmentación que no es un problema menor: impide planificar con visión de conjunto y responder con agilidad cuando surgen los contratiempos. Lo que se traduce en pérdida de calidad, imagen y confianza.

El modelo de Málaga: una gestión integral del litoral

Frente a esta realidad, hay ciudades que optado por otro camino. Málaga, uno de los destinos de sol y playa más valorados de Europa, gestiona sus playas desde una concejalía específica que asume competencias reales: desde la limpieza diaria hasta la instalación de duchas, pasarelas, zonas de sombra, accesibilidad, equipamientos y seguridad. Allí no hay que cruzar correos entre tres concejalías para instalar una pasarela, limpiar una zona deteriorada o arreglar una cabina de aseo. Las medidas se adoptan con visión turística y poder de decisión. El resultado es una costa funcional y competitiva, con capacidad de adaptación a los picos de demanda y a las exigencias del visitante.

  • Cabinas de aseo en la playa de Urbanova - Foto: PEPE OLIVARES

 

Recibe toda la actualidad
Alicante Plaza

Recibe toda la actualidad de Alicante Plaza en tu correo