ALICANTE. La entrada de Grupo Azarbe en la milla de oro de Alicante -la avenida de Maisonnave- cobra mayor alcance del anticipado hasta ahora. La compañía adscrita al holding de la familia García Peralta (propietaria del 50% de Tempe, la firma de calzado de Inditex) se encuentra ya inmersa en las obras de transformación del edificio que albergó una de las últimas tiendas de Sfera en la capital con el propósito de reconvertir el inmueble al completo en un bloque destinado en exclusiva a un uso comercial. Se trata del número 22 de la avenida de Maisonnave, compuesto por planta baja, cinco alturas y ático, además de dos plantas bajo rasante. 

Pero no solo eso. El proyecto, promovido por Marplanni (una de las empresas del grupo) y ejecutado (al menos en lo que atañe a sus demoliciones internas) por la constructora navarra Erri Berri, se extiende también hacia el edificio ubicado sobre su trasera, en el número 4 de la calle General Lacy, que se prolonga sobre la calle Poeta Vila y Blanco. Las obras ya han comenzado en los dos edificios con la particularidad de que la remodelación deberá procurar el respeto de la fachada de ese segundo edificio, así como su número de alturas: dos menos de las que dispone el inmueble de Maisonnave y, además, sin ático.

En cualquier caso, el proyecto se adapta a ese condicionante de la diferencia de elevaciones entre los dos inmuebles, sin restar funcionalidad respecto al destino comercial al que queda reservado, según fuentes consultadas. Eso sí, hasta el momento continúa sin trascender cuál será su inquilino definitivo en el momento en el que se completen los trabajos de remodelación. De acuerdo con la propuesta inicial, se perfilaba como previsible sede de una marca de moda textil, en sintonía con los comercios distribuidos a lo largo de toda la avenida.

De hecho, el eje de Maisonnave ya alberga las tiendas de la práctica totalidad de las marcas que forman parte del grupo Inditex. Zara, Zara Home, Massimo Dutti, Bershka, Stradivarius y Oysho ocupan bajos o incluso varias plantas de distintos edificios, en tiendas que, en muchos casos (como los de Bershka y Stradivarius), acaban de someterse a una reciente remodelación. No obstante, el gigante creado por Amancio Ortega podría optar por un hipotético traslado de su enseña principal, Zara, o por agrupar varios de sus establecimientos en ese edificio remodelado, dada la vinculación que el grupo textil mantiene con los propietarios de Azarbe, a través de su alianza en Tempe.

Referente comercial

Por el momento, el desarrollo del proyecto continúa girando entre la prudencia, sin que se haya desvelado el cliente definitivo de un inmueble que pasa por ser la joya de la corona de los proyectos en el portfolio de Azarbe por su emplazamiento estratégico. No en vano, la avenida de Maisonnave continúa siendo uno de los puntos calientes del sector inmobiliario de la capital, por el tirón de su concentración comercial, gracias a la presencia de referentes como los dos centros de El Corte Inglés, las tiendas de Inditex y otras enseñas de moda, de lencería o de joyería como Adolfo Domínguez, Guess, Springfield, Benetton, Mango, Benetton, Desigual, Brownie, Intimissimi, Calzedonia, Women Secret, Scalpers, Tous o Pandora (hasta ahora, la última marca en instalarse).

El mismo local situado en su planta baja albergó una de las dos tiendas de Sfera de la ciudad (la segunda estaba posicionada en Alfonso el Sabio) hasta el verano de 2021, cuando El Corte Inglés apostó por reintegrar la marca en sus galerías comerciales en el conjunto del país, y acordó el cierre de los dos establecimientos situados en Alicante. A partir de entonces, el local de Maisonnave quedó desocupado, hasta que el grupo Azarbe entró en juego, a finales de 2023, con el registro de su proyecto y la solicitud de licencia de obra.

Su propuesta quedó reconocida poco después como actuación prioritaria: la fórmula de tramitación acelerada prevista en la ordenanza de concesión de licencias para iniciativas que conlleven un volumen de inversión superior al millón de euros (en el caso de propuestas asociadas al sector inmobiliario, como es el caso) o que supongan la generación de más de veinte puestos de trabajo continuados. Dos requisitos que la propuesta de Azarbe cumplía de forma holgada, según fuentes consultadas.