ALICANTE. Construido en Alicante y desplazado hasta Ibiza. Ese es el recorrido del nuevo dique flotante diseñado para ampliar las instalaciones del Port Nàutic del Puerto de Ibiza que permanecen en el dique de Poniente del Puerto de Alicante tras el fin de su fabricación con el propósito de que pueda abordarse su traslado inminente hasta el archipiélago balear. De hecho, los preparativos de ese desplazamiento ya se han iniciado, a la espera de que pueda recabar las últimas autorizaciones necesarias. 

Esa fase preliminar arrancó el sábado 28 de junio con la inundación de la fosa de ejecución y su posterior remolque, una vez completada la fabricación de una infraestructura que constituye un hito en la ingeniería portuaria por su complejidad técnica. Su construcción surge de la colaboración entre la empresa concesionaria del puerto náutico ibicenco, Litorales Sostenibles, la ingeniería Neos Maritime Consulting y la constructora Cimenco Proyectos y Servicios, que concertaron la preceptiva autorización de la Autoridad Portuaria para llevar a cabo la fabricación de la estructura en el Puerto de Alicante, al tratarse del puerto situado a la menor distancia para que se produjese su transporte, en el que se encontró predisposición por acoger un proyecto basado en la innovación.

La estructura del dique se encuentra ya completamente terminada y preparada para su remolque e instalación en la dársena para embarcaciones menores del puerto ibicenco, donde sustituirá las funciones de abrigo que anteriormente ofrecía el antiguo contradique, proporcionando un mayor rendimiento frente al oleaje y una mejora sustancial en la calidad de servicio a embarcaciones de pequeña y mediana eslora, según fuentes consultadas.

El nuevo dique flotante ha sido diseñado como una estructura monolítica de hormigón de alta densidad, construida íntegramente en seco dentro de una fosa estanca excavada en zona portuaria. Sus dimensiones no son menores: cuenta con 145 metros de eslora, 8 metros de manga y 2,7 metros de puntal. Se ha concebido como una plataforma estable, resistente a la agitación interior y adaptable al régimen dinámico de la dársena, según las mismas fuentes. Y su traslado constituye, a su vez, una operación logística y náutica de alta precisión, en la que intervendrán remolcadores especializados, sistemas de fondeo preinstalados y vigilancia técnica permanente. En principio, se espera que la operación pueda desarrollarse con una duración de entre 48 y 72 horas, en función de las condiciones meteorológicas y marítimas.