ALICANTE. Nació en 2015 como solución frente a un problema demasiado recurrente: las inundaciones en bajos de varias urbanizaciones del Hoyo 1, en el distrito de Playa de San Juan de Alicante. Y, diez años después, se ha convertido en un modelo de referencia que -además de múltiples reconocimientos- ha atraído la atención de delegaciones internacionales, interesadas en importar su infraestructura hidráulica. Se trata del parque inundable de La Marjal, que cumple una década como solución capaz de recoger y almacenar el agua de lluvia en episodios de precipitaciones intensas, con la particularidad de que (además de cumplir una función social como espacio de recreo y otra función ambiental, como lugar en el que prolifera la vegetación y la fauna autóctona), permite su bombeo hasta las depuradoras urbanas para que pueda regenerarse y reutilizarse con fines agrícolas o para el riego de zonas verdes municipales. 

Tal es su funcionalidad, que el Ayuntamiento de Alicante y Aguas de Alicante pretenden profundizar en la fórmula de colaboración público-privada que permitió su alumbramiento mediante la construcción de otros tres parques inundables similares, contemplados en el marco del plan Alicante Agua Circular (que también se ha venido identificando como plan Vertido Cero durante la pasada legislatura) en el que, entre otras actuaciones, se contempla la construcción de otros nueve depósitos anticontaminación, en los que se procura la separación del agua de lluvia y la procedente de colectores de aguas residuales. Así lo concretaron este viernes el alcalde, Luis Barcala, y el director general de Aguas de Alicante, Sergio Sánchez, durante el desarrollo del acto conmemorativo del décimo aniversario del parque antitormentas. En concreto, ambos confirmaron que Aguas ya está trabajando en la planificación de tres próximos proyectos de instalaciones gemelas a La Marjal: una situada en el entorno del barrio de Juan Pablo II (PAU I) que encajaría en la urbanización de los terrenos de la OI/2; otra en la avenida de Elche; y la tercera, en el frente de la Vía Parque a la altura del barrio de Los Ángeles, que también tendrá la doble función de ser antiinundación y anticontaminación.

De hecho, Aguas ya estaría inmersa en la redacción del proyecto constructivo de ese último parque inundable, así como en otros tres depósitos anticontaminación más: el de Pla-Cocó, el de la Ebar Condomina, y una cuarta instalación en el entorno de la Euipo, que también podría tendría esa doble función mixta (antiinundación y anticontaminación), según precisó Sánchez. La redacción de esos proyectos constructivos debería estar terminada en 2026, cuando se deberá concretar su financiación, toda vez que se estima que supondrán una inversión superior a los 50 millones. Al tiempo, la Generalitat Valenciana -que coparticipa, como también lo hace el Ejecutivo central- en el desarrollo del plan Alicante Agua Circular- también está redactando el proyecto -"y tiene comprometida su ejecución", según Sánchez- del parque contra inundación de Joan Fuster, en San Gabriel. 

Más de 200 millones

Todo el conjunto de actuaciones previstas en el programa Alicante Agua Circular podrían llegar a superar los 200 millones, tras haberse incorporado nuevos proyectos desde que comenzó a gestarse, con un presupuesto inicial de 104 millones, según indicó Barcala. De ahí que ahora se pretenda concretar qué fórmula resulta más idónea para cubrir sus costes entre las tres administraciones implicadas. Así, el Ayuntamiento asumiría la competencia sobre la mejora de la red de colectores, del alcantarillado y del control de los alivios al mar, de la que se encarga Aguas de Alicante. Además, también sería la responsable de promover la construcción del paquete de doce tanques anticontaminación y antiinundaciones. Por su parte, la Generalitat se encarga de los proyectos de mejora de las estaciones depuradoras de Rincón de León y de Monte Orgegia, "que ya está redactándolos y las licitará en breve". Y el programa incluye la construcción de balsas para el almacenamiento del agua depurada, y de plantas desaladoras para reducir la conductividad de ese caudal, además de plantas fotovoltaicas para reducir su consumo eléctrico.

• Sánchez, Barcala y Navarro, en el décimo aniversario de La Marjal. -
• Foto: PEPE OLIVARES

En definitiva, "el propósito es que toda el agua depurada, de la que ahora aprovechamos entre el 30 y el 40%, se reutilice para el regadío y para el riego de parques y jardines", explicó Sánchez. "Para eso hace falta nuevos colectores, nuevos depósitos anticontaminación, que los acomete Alicante, como la mejora de las depuradoras, así como balsas para los regantes", añadió. Por lo pronto, Aguas -que se encarga de las actuaciones bajo competencia municipal- estaría buscando alternativas "como la financiación propia o la obtención de otros recursos" después de que la solicitud de fondos europeos para sufragar esas actuaciones no quedase contemplada por el Ministerio para la Transición Ecológica en la primera convocatoria de los fondos Next Generation relacionados con infraestructuras por la mejora del aprovechamiento del agua.

Entre tanto, solo el balance de la infraestructura de La Marjal, ya da cuenta del éxito de una idea gestada por los técnicos municipales que acabaron definiendo los de Aguas de Alicante. El parque es capaz de retener hasta 45.000 metros cúbicos frente a una lluvia de alta intensidad, y posteriormente, derivar el caudal de lluvia a la red de drenaje o a la depuradora. En sus diez años de funcionamiento, ha almacenado 58.350 metros cúbicos y ha servido para evitar inundaciones en episodios de lluvias torrenciales como las registradas en 2017 y 2019, cuando recogió sus valores máximos, de 15.500 y 22.000 metros cúbicos, respectivamente.