Alicante

Aguamarga quiere 'ser verde' con una primera comunidad energética empresarial en Alicante

La EGM del área empresarial sondea la constitución de esa figura que permite producir energía solar con costes compartidos para tener acceso a un suministro limpio que genere ahorro

  • Recreación virtual del área empresarial de Aguamarga en Alicante, con el proyecto de regeneración del matadero.
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ALICANTE. El área empresarial de Aguamarga de Alicante se dispone a dar un salto más hacia la integración de servicios compartidos, tras su constitución en Entidad de Gestión y Modernización (EGM). Es decir, la figura prevista en la legislación autonómica (la Ley 14/2018) que permite la agrupación de propietarios de suelo y empresas instaladas en suelo industrial mediante un ente encargado de coordinar prestaciones conjuntas, y de ejercer como interlocutor con las administraciones públicas. Ese próximo paso consiste en un avance hacia la sostenibilidad ambiental de sus empresas. Se trata de la puesta en marcha de un proyecto para constituir una comunidad energética que promueva la implantación de instalaciones solares en las cubiertas de las naves distribuidas en el polígono con el fin de compartir la energía verde generada.

Con ello, la EGM de Aguamarga se convertiría en la primera en disponer de esa condición para un área empresarial en la ciudad de Alicante y en una de las pioneras -si no la única- en el conjunto de la Comunitat Valenciana, según precisaron fuentes de la EGM y de la Conselleria de Innovación, Industria, Comercio y Turismo consultadas por este diario. Por lo pronto, el proyecto cuenta con el asesoramiento y la colaboración de Fepeval y de Avaesen (la asociación de empresas de energías renovables y otras tecnologías limpias de la Comunitat), después de que se haya reconocido legalmente la posibilidad de que las EGM puedan constituir esa fórmula de optimización para compartir recursos energéticos. 

Así se puso de manifiesto, de hecho, en la última asamblea de la propia EGM, celebrada el lunes de la semana pasada, en la que -además de que se presentasen las primeras pinceladas del Plan Director de transformación del área empresarial- se analizaron, precisamente, las dificultades detectadas en la infraestructura de conexión energética del recinto, en el que existiría una fragmentación en los sistemas de media y baja tensión por su desarrollo en distintas fases de urbanización, lo cual estaría generando complicaciones para la conexión de nuevas empresas, así como algunos problemas de capacidad. De ahí que se abordase la propuesta de constitución de una comunidad energética que, entre otras ventajas, permitiría reducir el coste en el abastecimiento eléctrico de las empresas asentadas en el polígono hasta en un 30 o 40%, haciéndolas más competitivas frente a otras ubicaciones, según fuentes consultadas.

Acceso a ayudas para su implantación

¿Cómo se pondría en marcha esa comunidad energética? Su constitución depende de la adhesión voluntaria de los propietarios del suelo del área empresarial, o de las compañías instaladas en ese ámbito, de forma que autorizasen la instalación de placas solares en sus respectivas sedes, asumiendo el coste proporcional que les correspondería, a cambio de obtener, también, la parte equivalente de la potencia generada, con lo que verían reforzadas sus necesidades de suministro reduciendo su consumo en la red energética tradicional. Se trata, en consecuencia, de una estructura que aporta mayor flexibilidad que otras fórmulas previas, como la cooperativa, lo que favorece la adaptación.

  • Terrenos del área empresarial de Aguamarga, en Alicante. -

Y, además, permite que esa comunidad energética también pueda optar a la concesión de subvenciones púlbicas que concede el Instituto Valenciano de Competetividad Empresarial (Ivace+I) para obtener financiación que permita ejecutar la implantación de los generadores fotovoltaicos. Esas aportaciones pueden ascender al 50% de la inversión necesaria, según se llegó a precisar durante el desarrollo de la asamblea. De hecho, se trata de fórmula que ya se ha puesto en práctica en otros proyectos ya ejecutados en el recinto empresarial, como la mejora de la eficiencia energética del alumbrado público.

De este modo, la constitución de esa comunidad energética comprendería que la EGM se instituyese en titular de la infraestructura, asumiendo los trámites necesarios para su puesta en funcionamiento, solicitud de subvenciones, tramitación de seguros y gestión de su mantenimiento. Por su parte, las empresas interesadas en formar parte de esa comunidad, podrían hacerlo a través de tres sistemas distintos: bien solo como productoras, que se limitarían a ceder espacios en los que ubicar las placas solares; como consumidoras de la energía producida; o bien como productoras y consumidoras al unísono. En ese caso, igualmente, su aportación económica y beneficios quedarían ajustados a sus condiciones concretas de participación.

Y no solo eso. Además, del autoconsumo, la constitución de esa comunidad energética permitiría ampliar los servicios de la EGM mediante el desarrollo de campañas de auditorías energéticas, la gestión de certificados de ahorro energético, la apuesta por la movilidad eléctrica compartida y la instalación de puntos de recarga en el entorno del área empresarial. En último término, durante la asamblea se incidió en que la puesta en marcha de esa comunidad energética conseguiría modernizar el área empresarial, generar ahorros reales y aumentar su competitividad, en un entorno que, precisamente, se acaba de reactivar ahora con la llegada de nuevas compañías como Teika, Alavés o el próximo aterrizaje de Ontime, entre otras.

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