ALICANTE. El desarrollo de la nueva fase de excavación arqueológica en el yacimiento del Parque de las Naciones de Alicante, que se había programado inicialmente entre los meses de septiembre y octubre con el objetivo de comenzar a musealizar parte de los hallazgos consolidados, queda postergado de forma indefinida. El equipo de gobierno, el bipartito compuesto por Partido Popular (PP) y Ciudadanos (Cs), se ha visto forzado a posponer su realización, sin que se pueda concretar una nueva fecha alternativa, después de que la propuesta de convenio a formalizar con la Universidad de Alicante (UA) -como instrumento con el que se pretendía encauzar la ejecución de los trabajos- no haya superado el filtro de supervisión técnica, según fuentes municipales consultadas.
Todo parece indicar que se tendrá que recurrir a un planteamiento distinto, abierto a la participación de otras entidades o empresas, como el impulso de un procedimiento negociado con o sin publicidad para seleccionar la propuesta que resulte más beneficiosa para el interés municipal, en lugar de ceder su desarrollo de forma directa a una entidad concreta, ya que, según los técnicos municipales, se interpreta que se trataría de un supuesto en el que se restringiría la concurrencia competitiva, aunque la entidad a la que se encomendase la tarea se tratase de una institución pública, como la propia UA.
Así, aunque -según fuentes consultadas- esa interpretación difiere de la alcanzada en otros ayuntamientos de la provincia (como el de Santa Pola, en el que sí se ha recurrido a la fórmula del convenio similar con la UA como instrumento adecuado para la encomienda de labores arqueológicas), ya se estaría trabajando en la planificación de otro mecanismo administrativo que permitiese proseguir con los trabajos ya ejecutados, en su fase inicial bajo la supervisión del departamento de Historia de la propia UA.
Esa primera etapa, o fase 0 de la campaña, quedó a cargo de un equipo arqueológico coordinado por la UA y por responsables de la Concejalía de Cultura, entre los meses de agosto y septiembre de 2021. Entonces, tras la realización de trabajos de limpieza y desbroces previos, se contó con el apoyo de la tecnología de un georadar, con el que se consiguió localizar la existencia de restos de numerosas edificaciones en el subsuelo del conjunto de la parcela, de 15.000 metros cuadrados. Así, se constató que la extensión del yacimiento era mayor de la estimada, como se puso de manifiesto al presentar el balance de esa primera intervención.