ALICANTE. Más de ciento cincuenta artistas españoles se suman a otros ochenta de Nueva York para presentar, en Estados Unidos, hasta 44 funciones en un total de 21 espacios: trece en la gran manzana y otras ocho en Miami, Boston, Los Ángeles, Chicago y Washington DC. Esas son las cifras del 23º Flamenco Festival, que se está celebrando en estos momentos, desde el 1 de marzo hasta el 17. Un evento en el que un alicantino está teniendo un papel importante. Se trata del guitarrista Alejandro Hurtado, quien debutó este domingo con su primera actuación en el Joe's Pub y ahora continúa en el Elebash Center y la Hispanic Society, en una performance que forma parte de los actos por el centenario de Sorolla y que contará con la participación del Ballet Nacional de España.
— Estás participando en el mítico Flamenco Festival de Nueva York, que conmemora las casi dos décadas que han pasado desde que el maestro Paco de Lucía actuase por última vez en la gran manzana, en este mismo festival, en 2007. ¿Qué sientes?
— Siento mucha ilusión, muchas ganas y mucha responsabilidad por dar la mejor versión de mí y de mi música. Es un regalo estar programado en el Flamenco Festival, compartiendo cartel con tantos maestros y compañeros que admiro, así como tener la oportunidad de poder mostrar mi guitarra y mi manera de entender el flamenco en la capital del mundo. Deseando que llegue la fecha y disfrutar del público neoyorquino.
— ¿Cómo fue este domingo tu debut en Nueva York?
— Fue una experiencia maravillosa. El Joe's Pub es ideal para un recital de guitarra, un lugar con mucho encanto, cercano e íntimo. Disfruté mucho junto a mi compañero David Domínguez. Resulta muy emotivo poder mostrar mis propias composiciones y los toques de los maestros de la guitarra flamenca al público americano.
— Además, han aumentado tus actuaciones por factores sobrevenidos. ¿En qué va a consistir el resto de tu participación en el Flamenco Festival?
— Estos días estaré sustituyendo al maestro Rafael Riqueni en dos actos donde él iba a participar. El primero de ellos será interpretar una serie de piezas en la Hispanic Society, delante de una exposición de cuadros de Sorolla, junto a Rubén Olmo. Y el segundo acto será interpretar un recital en Elebash Center, junto a la bailarina Inmaculada Salomón y la percusión de Roberto Vozmediano.
— ¿Qué expectativas te crea poder actuar en la Hispanic Society?
Siempre es muy positivo e inspirador unir varias artes en una misma performance. En este caso, se hará con la pintura, la danza y la música. Ponerle música a un cuadro de Sorolla es algo muy emocionante y más cuando se trata de un baile concreto de la época, como la jota.
— ¿Cómo se forjó en un joven alicantino esa contundente pasión por el flamenco?
— Antes que el flamenco, me llega la pasión por la música, llamándome la atención cualquier instrumento musical y sus respectivos sonidos. La guitarra aparece en mi vida gracias a un amigo de la infancia, que me propone ir juntos a recibir clases de guitarra. En mis primeras lecciones, recuerdo que mi profesor me enseñó alguna falseta por soleá y un trocito de Entre dos aguas sin yo pedírselo. Eso me hizo comprarme la antología de Paco de Lucía, que salió a la luz en 2004 con motivo de la obtención del Premio Príncipe de Asturias. Al escuchar su fuerza, su sonido y su acento tan identificativo, hizo que me enamorase de este género que poco a poco fui descubriendo a fondo años más tarde.