ALCOY. Alcoy se está sumando a la 'moda' de convertir locales en viviendas, y aunque aún lo hace tímidamente, la evolución vivida en los tres últimos años refleja la tendencia. Si en 2022 y 2023 se concedían tres licencias en cada uno de estas anualidades, el pasado año ya eran una docena y una de ellas para dos viviendas, siguiendo la línea ascendente que se está registrando en muchas poblaciones. Hasta hace tres años era muy puntual y esporádico que los bajos de edificios dejaran su uso como locales principalmente comerciales y pasaran a tener uso residencial.
De las licencias concedidas destaca que el 80% se encuentran en inmuebles en el Centro-Zona Alta, en calles como Sant Antoni, El Piló, Gonçal Barrachina, El Camí, Sant Nicolau y Músic Carbonell, a las que sumar la concedida para un local en la calle Alfons El Magnànim y otra en Juan Gil-Albert, en los barrios de Santa Rosa y Zona Nord, respectivamente.
Para poder realizar el cambio debe ajustarse a lo recogido en el Plan General de Ordenación Urbana vigente, y obtener una serie de permisos. De hecho, la edil de Urbanismo, Vanessa Moltó, explica que "en el departamento de Urbanismo recibimos un total de 19 solicitudes para cambiar el uso de local a vivienda, si bien después de estudiarlas se han podido conceder 12 licencias, que son las que se refieren a locales que reúnen las condiciones técnicas y de habitabilidad para que puedan acoger viviendas".
De esta manera, vivir en una planta baja, reformada y acondicionada como vivienda, se está convirtiendo también en una opción en esta ciudad y va aumentando la apuesta por esta alternativa residencial que en poblaciones de mayor tamaño está proliferando más rápidamente, entre otros motivos para hacer frente a la falta de oferta residencial, especialmente de alquiler.