EL CAMPELLO. El CEIP Rafael Altamira ha protagonizado en los últimos días un episodio de supuesta fuga de gas y su consiguiente "alarmismo social", como así lo ha tildado el alcalde. Los hechos se remontan al martes 11 de marzo, pero ahora ha trascendido que el CEIP Rafael Altamira alertó por primera vez de una posible fuga el 7 de enero, coincidiendo con la vuelta tras las vacaciones de navidad.

Estos hechos constan en el informe del Área de Servicios, reflejando que la dirección del colegio avisó al 112 por la percepción de un posible olor a gas. Los bomberos y la policía realizaron las comprobaciones oportunas y también lo hizo el técnico de la empresa de mantenimiento, que "detectó que uno de los racores del contador de gas estaba ligeramente flojo, algo que puede ocurrir de manera natural con el paso del tiempo. Como medida preventiva procedió a ajustarlo", se lee en el informe.

El documento hace hincapié en que en el momento del aviso se estaba reparando una tubería de PVC, "lo que pudo haber generado un olor a plástico quemado". Motivo por el cual "es probable que el olor percibido no proviniera de una fuga de gas, sino de estos trabajos".

Segundo aviso: 11 de marzo

El segundo aviso fue un mes después, el 11 de marzo, cuando se volvió a percibir olor a gas en el centro. El técnico de mantenimiento volvió para inspeccionar la instalación y tampoco detectó ninguna fuga. Sin embargo, identificó que "la caldera presentaba una combustión deficiente, lo que posiblemente fue la causa del olor percibido". Como medida preventiva, se apagó la caldera.

En la segunda comprobación -con el mismo resultado- se aclaró que la instalación de la cocina y la de la calefacción son independientes, "por lo que la cocina puede continuar operativa sin inconvenientes". Además, se acordó que la reparación de la caldera se realizará durante las vacaciones de Semana Santa.