Salud y vida

Qué es la neuralgia del trigémino y cómo se trata: consejos del especialista Juan Fernando García Henares

Descubre qué es la neuralgia del trigémino, cómo se diagnostica y cuáles son los tratamientos más eficaces según el Dr. Juan Fernando García Henares, doctor en medicina y jefe de la Unidad del Dolor de Quirónsalud Alicante.

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ALICANTE.- La neuralgia del trigémino es uno de los dolores más intensos que puede padecer una persona. La propia Organización Mundial de la Salud la incluye entre los tres dolores más severos conocidos. En España se estima que la sufren más de 35.000 personas y cada año se diagnostican unos 2.000 nuevos casos.

El nervio trigémino es el quinto par craneal, una especie de “cable principal” que lleva la sensibilidad de la frente, el ojo, la mejilla y la mandíbula al cerebro a través de tres ramas: oftálmica (V1), maxilar (V2) y mandibular (V3). Según explica el Dr. Juan Fernando García Henares, doctor en Medicina por la Universidad de Granada y jefe de la Unidad del Dolor de Quirónsalud Alicante, Elche y Orihuela, “cuando este nervio se altera, puede generar un dolor neuropático eléctrico tan intenso que muchos pacientes describen que les cambia la forma de vivir, de comer y de relacionarse”.

 

 

Cómo duele la neuralgia del trigémino Los pacientes suelen notar un dolor facial paroxístico, súbito, eléctrico, muy intenso, siempre en un lado de la cara. Puede localizarse en la mandíbula, la mejilla o la frente, según la rama afectada. A diferencia de una migraña o una cefalea tensional, el dolor de la neuralgia del trigémino no es continuo, sino breve, súbito y desencadenado por acciones tan cotidianas como hablar, cepillarse los dientes o sentir el viento en la cara. Con el tiempo, algunas personas desarrollan además un dolor de fondo más continuo, que se suma a esas crisis. Esta combinación condiciona el sueño, la alimentación y la vida social. No es raro que aparezcan ansiedad, aislamiento e incluso depresión asociadas al miedo al siguiente ataque de dolor.

Por qué aparece: la causa más frecuente En la neuralgia del trigémino clásica, la causa más habitual es la compresión del nervio por una pequeña arteria o vena en su origen, muy cerca del tronco encefálico. Ese “roce” continuo acaba dañando la mielina, la capa aislante del nervio, y lo vuelve hiperexcitable: cualquier estímulo inocuo se interpreta como dolor intenso. Además de esta forma clásica, los especialistas distinguen:

  • Formas secundarias, asociadas a enfermedades como la esclerosis múltiple o a tumores en la base del cráneo o en el ángulo pontocerebeloso.

  • Neuralgia postherpética trigeminal, cuando el dolor persiste tras un herpes zóster que ha afectado al territorio del nervio.

  • Formas idiopáticas, cuando no se identifica una causa clara en la imagen, pero la clínica es típica.

“Por eso insistimos en estudiar bien a estos pacientes, porque detrás de un dolor facial intenso puede haber algo tan ‘simple’ como una compresión vascular… o una enfermedad neurológica que no se ha detectado todavía”, subraya el Dr. García Henares.

Cómo se diagnostica

El diagnóstico se basa fundamentalmente en la descripción del dolor y su localización. Una resonancia magnética ayuda a confirmar el diagnóstico y descartar lesiones estructurales. El Dr. Henares recuerda que muchos pacientes “pasan por consultas odontológicas o incluso por extracciones innecesarias antes de recibir el diagnóstico correcto”, debido a que el dolor suele concentrarse en la mandíbula o mejilla. El dolor que caracteriza a la neuralgia del trigémino tiene una duración muy breve, de apenas unos segundos, aunque su intensidad es tan elevada que el paciente lo percibe como una descarga eléctrica imposible de ignorar. Este dolor aparece casi siempre de forma unilateral, afectando únicamente a un lado del rostro, sin alternar entre hemisferios. La localización varía según la rama del nervio comprometida: puede concentrarse en la mandíbula, irradiarse hacia la mejilla o extenderse hasta la frente, siguiendo el trayecto de las fibras nerviosas sensoriales.

En muchos casos, los pacientes identifican lo que denominan “zonas gatillo”, pequeños puntos del rostro cuya estimulación, incluso con un leve roce, activa de inmediato el episodio doloroso. Esta sensibilidad extrema convierte tareas cotidianas en verdaderos desafíos y condiciona de manera significativa la vida diaria. El diagnóstico de la neuralgia del trigémino es principalmente clínico, basado en la descripción del dolor y los desencadenantes. Se complementa con una resonancia magnética cerebral (RM) para descartar otras causas estructurales o esclerosis múltiple. “No es raro que los pacientes pasen por extracciones o tratamientos dentales innecesarios antes de recibir el diagnóstico correcto”, advierte el Dr. Henares, aludiendo a la confusión frecuente con problemas odontológicos.

Tratamientos más eficaces: de los fármacos a la medicina regenerativa

El manejo de la neuralgia del trigémino se organiza de manera escalonada en tres fases terapéuticas. En la primera fase, el tratamiento farmacológico con carbamazepina u oxcarbazepina constituye la primera línea, aunque requiere ciertas precauciones debido a posibles efectos secundarios como somnolencia, mareo o hiponatremia, y en pacientes de ascendencia asiática se recomienda el cribado HLA-B*1502. Cuando los fármacos no son suficientes o no se toleran, se pasa a la segunda fase, centrada en técnicas avanzadas de neuromodulación guiada por imagen, considerada el núcleo del tratamiento en centros como Quirónsalud Alicante. Según explica el Dr. Juan Fernando Henares, se realiza una radiofrecuencia pulsada (PRF) del ganglio de Gasser, un procedimiento ambulatorio con sedación consciente y control radiológico (fluoroscopia o TAC) que no destruye el nervio, sino que lo neuromodula, reduciendo su hiperexcitabilidad.

Esta técnica se complementa con medicina regenerativa, aplicando suero rico en citoquinas (ACS) para modular la inflamación y plasma rico en plaquetas (PRP) para favorecer la remielinización y reparación axonal, con la ventaja de permitir el alta el mismo día, sin déficit motor y con posibilidad de repetición en caso de recidiva. La tercera fase incluye otras opciones terapéuticas en casos más complejos o refractarios, como la toxina botulínica tipo A, indicada para dolor continuo; parches de capsaicina al 8 % en determinados casos fuera de ficha técnica; radiofrecuencia térmica (CRF, 70–80 °C) para un alivio más duradero pero ablativo. A pesar de que el 70–80 % de los pacientes mejora con medicación, existen casos quirúrgicos, en los que la descompresión microvascular proporciona alivio duradero en más del 80 % de los casos. “En manos neuroquirúrgicas expertas, pueden lograr alivio mantenido en más del 80 % de los casos seleccionados, pero siguen siendo procedimientos mayores que no todos los pacientes pueden o desean asumir”, matiza el especialista. Por último, la radiocirugía estereotáxica ha logrado consolidarse como una alternativa eficaz y duradera, que permite aliviar el dolor sin necesidad de abrir el cráneo, reduciendo riesgos y tiempos de recuperación.

Más allá del dolor físico: impacto emocional y apoyo

Sin embargo, el impacto emocional que genera es profundo, llegando incluso a que los pacientes sientan miedo al dolor y conlleva conductas como evitar hablar, comer o salir de casa, generando ansiedad, aislamiento y depresión”, explica el Dr. Henares. Por ello, el apoyo psicológico y la terapia cognitivo-conductual son esenciales para una recuperación integral. Además del tratamiento médico convencional, las terapias complementarias juegan un papel importante en la mejora de la calidad de vida de los pacientes con neuralgia del trigémino. Técnicas de relajación, fisioterapia facial suave y psicoterapia cognitivo-conductual ayudan a controlar la ansiedad, mejorar la percepción del dolor y favorecer la adherencia al tratamiento. A su vez, los avances en neuroimagen permiten detectar con mayor precisión la compresión vascular, optimizando la planificación de los procedimientos intervencionistas. En el ámbito farmacológico, se están desarrollando nuevos moduladores de los canales de sodio, que ofrecen mayor eficacia y menor riesgo de efectos secundarios.

Más información acerca de la neuralgia del trigémino en Quirónsalud Alicante.

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