Salud y vida

Enfermedad de Parkinson: causas, síntomas y tratamientos

Descubre qué es la enfermedad de Parkinson, sus síntomas iniciales, causas y los tratamientos actuales, con información de la Dra. Erika Torres

ALICANTE. La enfermedad de Parkinson es una afección neurológica que afecta a millones de personas en todo el mundo. Se trata de un trastorno neurodegenerativo crónico y progresivo que impacta directamente en la movilidad y la calidad de vida de quienes lo padecen.

Aunque sus síntomas más conocidos están relacionados con el movimiento, esta enfermedad también provoca alteraciones no motoras que pueden ser igual de incapacitantes.

Se produce por la pérdida de neuronas dopaminérgicas en la sustancia negra del cerebro, lo que genera una disminución en la producción de dopamina. A lo largo de los años, la investigación ha avanzado en la búsqueda de tratamientos más eficaces, aunque aún no se ha encontrado una cura definitiva.

La enfermedad de Parkinson, a diferencia de otros trastornos neurológicos, se caracteriza por síntomas motores como:

  • Temblor de reposo
  • Rigidez muscular
  • Bradicinesia (lentitud de movimientos)
  • Alteraciones posturales

También existen síntomas no motores, como depresión, alteraciones del sueño y problemas cognitivos, que a menudo no se les da tanta importancia.

El Parkinson es una de las enfermedades neurodegenerativas más comunes en el mundo, afectando a más de 10 millones de personas a nivel global. En occidente, su prevalencia es de 100-200 casos por cada 100.000 habitantes y su incidencia oscila entre 4.9 y 2.6 casos por 100.000 habitantes y aunque la mayoría de los pacientes tienen más de 55 años, cerca del 10% de los casos se presentan en personas menores de 50 años.

Investigaciones recientes sugieren que la enfermedad podría comenzar hasta 20 años antes de la aparición de los síntomas motores. Durante este período preclínico, pueden manifestarse signos tempranos como la pérdida del olfato, alteraciones del sueño y problemas digestivos, lo que resalta la importancia de un diagnóstico precoz para mejorar el pronóstico y la calidad de vida de los pacientes.

Causas del Parkinson: factores genéticos y ambientales

La enfermedad de Parkinson es multifactorial. Según la Dra. Erika Torres, jefa de la Unidad de Neurociencias del Hospital Quirónsalud Torrevieja y el Centro Médico Quirónsalud Alicante, en algunos casos se identifican mutaciones genéticas, pero la mayoría de los casos son esporádicos, con una combinación de factores genéticos y ambientales.

Síntomas iniciales y diagnóstico del Parkinson

La enfermedad de Parkinson se diagnostica con mayor frecuencia entre los 55 y 65 años, aunque puede aparecer antes.

Los síntomas iniciales pueden ser sutiles y confundirse con el envejecimiento normal. Algunos de ellos incluyen:

  • Pérdida del olfato
  • Estreñimiento persistente
  • Alteraciones del sueño, especialmente en la fase REM
  • Torpeza en una mano o pierna

El Parkinson se diagnostica clínicamente a partir de la historia del paciente y el examen neurológico.

En cuanto a las pruebas complementarias que ayudan a estudiar a un paciente con sospecha de enfermedad de Parkinson serían la analítica general y un TAC craneal o resonancia magnética cerebral que ayudan a descartar enfermedades sistémicas y patología estructural cerebral que pueda producir una sintomatología parecida.

También se puede profundizar más en cada caso con la ecografía Doppler transcraneal, que nos ayuda a evaluar la ecogenicidad de la sustancia negra del mesencéfalo, además de pruebas de medicina nuclear como el PET y SPECT con diversos trazadores que ayudan a estudiar el sistema dopaminérgico presináptico y postsináptico y la gammagrafía cardiaca que nos permiten diferenciar la enfermedad de Parkinson de otros parkinsonismos atípicos que pueden presentar síntomas parecidos.

En cuanto a los estudios genéticos, no hay actualmente unas normas generales para el uso de los mismos, por lo que individualizando cada caso se verá la idoneidad de hacerlo o no.

Tratamientos actuales para el Parkinson

El tratamiento del Parkinson busca restaurar los niveles de dopamina en el cerebro o imitar su efecto. Según la Dra. Erika Torres, los tratamientos incluyen medicación y terapias complementarias.

Aunque el Parkinson no tiene cura, existen varios tratamientos para aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida:

  • Levodopa + Carbidopa (Sinemet, Madopar, Stalevo): es el tratamiento más efectivo para el Parkinson. En este caso, la levodopa se convierte en dopamina en el cerebro, mientras que la carbidopa evita que se degrade antes de llegar al cerebro.
  • Agonistas de la dopamina (Pramipexol, Ropinirol, Rotigotina): estimulan los receptores de dopamina. Aunque son menos efectivas que la levodopa, tienen menos efectos secundarios a largo plazo.
  • Inhibidores de la MAO-B (Selegilina, Rasagilina, Safinamida): evitan la degradación de la dopamina, prolongando su efecto.
  • Inhibidores de la COMT (Entacapona, Tolcapona, Opicapona): mejoran la eficacia de la levodopa.
  • Anticolinérgicos (Trihexifenidilo, Biperideno): son los medicamentos más útiles para tratar el temblor, pero con efectos secundarios en la memoria y cognición.
  • Amantadina: puede ayudar con discinesias y síntomas motores leves.

Posteriormente cuando utilizando todos estos fármacos no seamos capaces de mantener la calidad de vida del paciente de una forma adecuada por las complicaciones motoras y  no motoras, nos plantearemos terapias de segunda línea que dependiendo de la edad del paciente y de sus síntomas limitantes se seleccionarán para orientarlos a su mejor opción terapéutica.

Las terapias de segunda línea con las que contamos actualmente son las bombas de infusión continua de tratamiento de forma subcutánea (con agonistas dopaminérgicos y en próximos años con levodopa) o intradudodenal mediante una PEG (con levodopa en gel), cirugía del Parkinson con implantación de electrodos cerebrales para realizar estimulación cerebral profunda o HIFU consistente en ultrasonidos de alta frecuencia dirigidos hacia una diana concreta del cerebro, que genera una lesión puntual pequeña dirigida para controlar la sintomatología limitante de la enfermedad.

Es fundamental que los neurólogos que tratan y se dedican a la enfermedad de Parkinson tengan siempre en mente la importancia de iniciar las diferentes terapias en el tiempo correcto y en su justa medida. De no ser así, pueden generarse complicaciones motoras graves de forma precoz o no conseguir la mejoría que se busca en el paciente.

Sin embargo, cuando los medicamentos dejan de ser efectivos, algunos pacientes pueden beneficiarse de procedimientos como:

  • Fisioterapia: mejora la movilidad y el equilibrio y reducen la rigidez
  • Terapia ocupacional: facilita las actividades diarias y ayuda a mantener la independencia de los pacientes
  • Logopedia: mejora la voz y la deglución
  • Dieta equilibrada: rica en antioxidantes, fibra y proteínas controladas

Investigación y nuevas terapias

La investigación sobre el Parkinson ha avanzado significativamente en los últimos años, con el desarrollo de nuevas estrategias terapéuticas que podrían cambiar el curso de la enfermedad. Entre ellas, destaca la terapia génica, que busca introducir genes capaces de aumentar la producción de dopamina en el cerebro, proporcionando así un alivio más duradero de los síntomas. Asimismo, los implantes de células madre se están explorando como una opción para regenerar neuronas dopaminérgicas perdidas y restaurar la función motora en los pacientes.

También se investiga el desarrollo de vacunas contra la alfa-sinucleína, una proteína que se acumula en el cerebro de los pacientes con Parkinson y que podría desempeñar un papel clave en la progresión de la enfermedad.

¿Existe una cura para el Parkinson?

A día de hoy aún no existe una cura para el Parkinson, pero la investigación avanza hacia terapias modificadoras que podrían ralentizar la progresión de la enfermedad. Varios ensayos clínicos están en fases avanzadas.

El Parkinson afecta no solo la movilidad, sino también la salud emocional, social y económica del paciente y su entorno. La depresión y la ansiedad son comunes y pueden aparecer antes de los síntomas motores. Por ello, el acompañamiento psicológico es esencial para mejorar la calidad de vida del paciente y su familia. Un enfoque multidisciplinario que incluya neurólogos, psicólogos y fisioterapeutas es clave para un mejor manejo de la enfermedad.

* Solicita más información acerca del tratamiento del Parkinson en el Hospital Quirónsalud Torrevieja o Quirónsalud Alicante

 

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