Años 80, un hombre ya con una edad para ir de rockero, pero no tan viejo como para no enterarse de lo que sale, es el A&R de una discográfica. Ha dado con the next big thing, un grupo de chavales que promete ser "la voz de una generación". Mientras negocia el contrato, la novia del cantante, que es también su manager, le pide una muestra de compromiso con el grupo más allá de los papeles y el dinero. Le exige que le haga una felación al cantante, a su pareja. Eso les unirá más allá de las formalidades.
Es un gran comienzo para un cómic sobre las miserias de la vieja industria discográfica. Ahora que se rinde culto al siglo XX y que tanto se está escribiendo sobre él no tardarán en aparecer traducciones de libros sobre el maravilloso mundo de los sellos, de los laboratorios donde se escogió, trabajó y pulieron las estrellas que han marcado la historia de la música popular. Gunning for hits de Jeff Rougvie y los artistas Moriat y Casaey Silver explora ese mundo, pero introduce el género thriller.
La acción se sitúa en 1987, año en el que la aparición del cedé multiplicó las ventas de la industria discográfica. Se vendió lo nuevo y también lo antiguo pasado al nuevo formato. Fue una época de auge económico, de invasión por tierra, mar y aire de las mini-cadenas. La industria se forró otra vez. No solo había modas nuevas que impulsar, como siempre, sino que se revalorizaron los derechos de toda la música grabada hasta el momento.