Aprender a vivir con cierta incertidumbre es algo que aprendí en los años que viví en África. Cierto es que ya venía entrenada y que siempre he convivido con la incertidumbre de una manera sana. En la África que yo viví y que conozco, la incertidumbre está a la orden del día, es una realidad con la que se convive sin ningún tipo de drama, la vida es incierta y todo lo que la envuelve también. Y esto se asume desde el minuto uno, desde la infancia. Se aprende a vivir desde la niñez el día a día y a no planificar muy a largo plazo, los días son cortos y se valoran así.
Y lo mismo que ocurre en África pasa en otros rincones del planeta donde el distinto nivel de desarrollo hace que se pueda vivir con mayor porcentaje de incertidumbre pues el sistema lo permite.