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el ocultismo en la política" de gary Lachman

La cara B de las historia del pensamiento

Gary Lachman sorprende por su rigor con "El ocultismo en la política", un repaso alternativo a la historia de las ideas

VALÈNCIA.-El principal problema a la hora de acercarse al estudio del ocultismo es que se cuentan con los dedos de una mano los libros que valen la pena. Al tema los autores escépticos le suelen dedicar poco esfuerzo ya que el tiempo que requiere enfrascarse en la historia de las ideas absurdas no merece la pena. Evidentemente, existen obras muy notables como El mandril de Madame Blavastsky (Peter Washington) o A Wicked Pack of Cards: (Ian Press, Ronald Decker y Michael Dummett), por citar solo dos, pero se fijan más en los protagonistas que en las ideas. Sin salir de España, también se podría citar a Jesús palacios y sus muy recomendables Desde el infierno: una historia oculta del siglo o Erik Jan Hanussen.

De ahí que toque felicitarse de que Luciérnaga haya publicado El ocultismo en la política, del veterano escritor y periodista de la factoría de Fortean Times Gary Lachman. Aunque cualquier persona con dos dedos de frente saldría huyendo al saber que el libro es el primer número de la colección Ocultura, que dirige Javier Sierra, esta vez hay que reconocer que el turulato turolense ha acertado con la elección, seguramente por la aplicación del principio que dice que un reloj parado da la hora bien dos veces al día.

Lachman (fundador de Blondie y guitarrista de Iggy Pop), del que ya hay alguna obra traducida al español, es todo un descubrimiento y su trabajo uno de los más interesantes que se han publicado sobre el tema en mucho tiempo. Lo normal cuando se trata de esoterismo es que el escritor sepa que se dirige a lo más friki de la parroquia, de ahí que cualquier afirmación por descerebrada que sea (y suele haber para elegir) sea recibida con palmas.

La línea a seguir la trazaron en su día los franceses Louis Pauwels y Jacques Bergier con el mítico El retorno de los brujos (1960). Es cierto que no se les puede negar el mérito de haberse atrevido a tratar un tema tan peliagudo como la relación del nazismo con el esoterismo, pero lo hicieron en plan ‘pista que va el artista’ y si se dejaron alguna exageración en el tintero fue por puro despiste. El resultado es bien conocido, a partir de entonces ningún estudioso serio quiso acercarse al tema ni con un palo. Y lo malo es que el tema daba para mucho sin necesidad de prescindir del rigor como demostró Nicholas Goodrick-Clarke en Las oscuras raíces del nazismo.

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