Lo cantaban los soldados británicos en la II Guerra Mundial con la música de Marcha del coronel Bogey. "Hitler only got one ball" y era cierto. Quedó confirmado cuando apareció el acta del informe médico de su ingreso en prisión en 1923. El futuro führer padecía "criptorquidia del lado derecho".
Es decir, el testículo no había descendido al escroto por el canal inguinal. Técnicamente, sí que debería tener dos testículos, pero uno se le tendría que haber quedado arriba, pero cuando los soviéticos hallaron su cuerpo y le hicieron la autopsia los patólogos del Ejército Rojo, escribieron: "el testículo izquierdo no pudo ser hallado ni en el escroto ni en el cordón espermático dentro del canal de la ingle, o en la pelvis pequeña". Total, que a saber cuántos tenía.
Lo cierto es que mucho se ha hablado de ese testículo misterioso de Hitler y su condición. Se han hecho miles de coñas, pero nunca nadie ha llegado tan lejos, que yo humildemente sepa, como para convertirlo en personaje de una ficción. Es lo que ocurrió en Adventures in the Rifle Brigade, unos cómics de Vertigo de 2000 y 2001 que llegó a publicar en España la editorial Planeta DeAgostini Comics. Un tebeo obra del norirlandés Garth Ennis y el español Carlos Ezquerra.