VALÈNCIA. El Grupo IVI (Instituto Valenciano de Infertilidad) se erige como la primera empresa mundial en reproducción asistida después de la fusión con la americana RMANJ (Reproductive Medicine Associates of New Jersey), operación con la que ha conseguido desbloquear dos logros: ser líder en su sector y entrar en el mercado de EEUU.
El mercado americano ha sido un hueso duro de roer para la compañía valenciana tras más de 15 años en el empeño y dos intentos fallidos. La dificultad de conseguir licencias médicas para trabajar y encontrar socios que tuvieran su misma filosofía -investigación y vanguardia- han alargado la voluntad, que finalmente se ha consumado.
Para José Remohí y Antonio Pellicer, este acuerdo les lleva a sus orígenes. Estados Unidos es el país donde coincidieron en los años 80, ambos como investigadores posdoctorales. Fue allí donde trabajaron por primera vez en reproducción asistida, y de donde importaron el modelo de ginecólogo especializado en fertilidad, algo que sonaba a ciencia ficción en España.
Era la huida hacia delante que dejaba atrás la bata del profesional general. Aquel encuentro fue el germen del Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI), al que muchos colegas le auguraban una vida corta y ahora ya es la primera empresa mundial.
La multinacional IVI-RMA Global es la compañía resultante, con sede en Valencia, de la que los dos doctores -junto a su inseparable Carlos Bertomeu, que posee un 5% de Grupo IVI- tienen la mayoría, un 70%.
Desde su puesta en marcha en Valencia en 1990, la red de clínicas del Grupo IVI se ha esparcido por el mundo hasta llegar al medio centenar de centros abiertos en doce países, como Italia, Argentina, Abu Dabi o India. Tocan Europa, América y Asia, mientras que en España tienen 18 centros, uno en Portugal, Argentina, México, Panamá y Chile; tres más en Brasil; y uno en la India.
Ahora, el nuevo grupo pasa a tener 2.400 empleados, entre ellos más de 200 médicos y más de 300 investigadores. A las más de 70 clínicas de Grupo IVI, se unen las 10 de RMANJ, concentradas prácticamente en New Jersey. Facturan unos 75 millones anuales mientras que dedican entre 10 y 11 millones a la investigación.