VALENCIA. Quedamos en vernos para un café a las tres de la tarde en Russafa. Cuando abro la puerta del local, me llaman desde el fondo: están sentados el uno frente al otro, junto a una cristalera enorme que da a un patio lleno de plantas y de luz. Es un lugar tranquilo como lo son Miguel Ángel Martínez y Violeta Ros.
A él le acaban de conceder una beca del CONICET para irse dos años como investigador a Buenos Aires. Su campo: literatura, enfermedad e imaginarios sociales. En la conversación repetirá “trabajador cultural”, no animador, promotor, instigador o cualquier anglicismo de moda. Ella me cuenta su experiencia por primera vez en el paro: está terminando su tesis doctoral sobre discursos ideológicos de la Transición entre el año 2000 y el año 2016, y se le acaba de terminar la beca de investigación. Los une ese tipo de literatura que esconde una vocación social (política) que interviene más allá de los textos.
Con este preámbulo personal y ante evidencias tan inminentes, les confieso cierto apuro al plantearles la primera pregunta: “¿qué (nos) está pasando?”. Miguel Ángel y Violeta, como parte de un grupo más amplio, acaban de lanzar la segunda edición del curso que lleva por título precisamente esa misma pregunta: “Lo que (nos) está pasando. Imaginarios políticos en la narrativa actual”, que se celebrará entre el IVAM y las Naves desde el 16 de enero al 13 de marzo.
La primera edición de este taller de lectura colectivo, que arrancó en El Cabanyal y se repitió en Madrid, contó con la participación de algunas de las mejores escritoras del panorama español actual, como Marta Sanz, Belén Gopegui, Eva Fernández o Elvira Navarro. Entonces quisieron pensar alrededor de la precariedad y la crisis que llevamos arrastrando una década y que, sin ninguna duda, ha ido generando un tipo de relato que se ha incorporado al imaginario social. Podemos historiar ya la crisis, dirán en algún momento.