VALÈNCIA. ¿A qué quieres que te gane Benidorm? La ciudad ha tenido que lidiar desde mediados del pasado siglo con la losa de una imagen marcada por la corrupción, el turismo barato y la caspa cultural. Pero, nada más lejos de la realidad, la transformación urbanística y económica tal vez sea una de las iniciativas más visionarias de España en la época franquista. Cuenta una leyenda, que el alcalde de entonces, Pedro Zaragoza, cogió su Vespa y viajó ocho horas hasta El Pardo para convencer a Franco de que permitiera el bikini en sus playas y así posicionarse como destino turístico. Lo consiguió.
También cuenta la leyenda que antes de su expansión, las herencias dejaban las tierras fértiles del interior a los primogénitos, y las de costa, normalmente mucho menos rentables, a las hijas o a los hijos que daban más problemas. Así que la grandeza de Benidorm se construyó sobre cierta justicia poética a favor de las marginadas de la familia tradicional española. También hay estudios que avalan que la ciudad es sin duda un ejemplo de eficiencia y sostenibilidad ambiental por su construcción vertical, que concentra los recursos en mucho menos espacio y hace prescindible el transporte privado. ¿A qué quieres que te gane Benidorm?
Ensayo y ̶e̶r̶r̶o̶r̶ Benidorm (Editorial Barrett, 2019) recoge estas historias y su aspecto humano a través de 20 textos que quieren ser una veintena de miradas del lugar diferenciadoras. Sin tapar su extravagancia, tampoco sus obvias taras, pero buscando releerla desde lo positivo. Transmitir la ciudad que atrapa Martin Parr en sus fotografía y también Roberto Alcaraz. También la que necesita contar Marta Sanz en La lección de anatomía y en la que sitúa a sus personajes Kike Parra.