VALÈNCIA. El barrio Baix la Mar, a los pies del castillo de Dénia, es un laberinto de calles empedradas donde se amontonan las casas coloridas de los pescadores. Se corresponde con lo que un día fue el raval de la mar, y posteriormente un hervidero de almacenes; cubre el espacio donde antes se encontraban las caballerizas de los nobles, y más tarde se instalaría el gremio de fabricantes de juguetes, quienes contaban con la licencia de Disney. Del siglo XVI al XXI, ha ejercido de atarazanas, área industrial y epicentro de la vida local; todo ello, sin perder ni una pizca del carácter mediterráneo que le caracteriza. Y ahora, entre sus ventanas enrejadas y sus balcones floridos, se adivina una nueva construcción que está dispuesta a perpetuar el legado. A seguir escribiendo la historia que este lugar merece.
Bajo el nombre de Els Magazinos (evoca magatzem en valenciano, almacén en castellano) arranca un proyecto de gran envergadura, a medio camino entre el mercado gastronómico y el espacio cultural. Más de 2.000 m2 y hasta 22 paradas, contando locales de restauración y puestos de venta, con un espíritu común: la buena vida, la buena mesa. No en vano, agita la bandera de #DéniaEsVida, ese lema que se acuñó cuando la Unesco decidió que fuera Ciudad Creativa de la Gastronomía en 2015. Estamos en un espacio donde se apuesta por la tradición culinaria y se sirve el mejor producto de la comarca, pero también donde tienen cabida la artesanía y la cultura en general. En un lugar que tira de los cimientos del pasado, presente en cada decisión que se ha tomado, para construir un futuro todavía mejor.