AlicantePlaza

EL CABECICUBO DE SERIES, DOCUS Y TV 

El Stalin de HBO

Hay antecedentes a la película de Armando Iannucci, La Muerte de Stalin, y ambos fueron en televisión. Por un lado, la hilarante Red Monarch británica, que con humor descarnado y absurdo, a lo Mel Brooks, relataba los últimos días del líder de la URSS. Y el Stalin de HBO, con Robert Duvall, rodado por los estadounidenses en los mismos pasillos del Kremlin, en 1992 

VALÈNCIA. La película de Armando Iannucci sobre la muerte de Stalin ha puesto de manifiesto el potencial que tiene la kremlinología para llevarlo a la gran o pequeña pantalla. Durante ochenta años, el funcionamiento de un partido único solo pudo realizarse a través de intrigas, familias y conspiraciones. El periodo en el que Stalin afianzó su poder, las Grandes purgas, marcó la psicología de toda la nación. Confesaba el director escocés en Rolling Stone que hubo muchos detalles reales, que aparecen como hechos en las investigaciones históricas, que no se atrevió a poner porque nadie se los hubiese creído. La máxima pirandelliana se cumple con creces cuando alguien intenta acercarse a la narración de aquellos años.

Sin embargo, la película de Iannucci no es la primera que intenta adentrare en el laberíntico mundo del poder soviético. Un telefilm de los 90, apadrinado por HBO, y con Robert Duvall en el papel del secretario general de la URSS, en la que debería ser la actuación de su vida, pero se quedó en nada.

El telefilm fue emitido en España. Para un servidor, que se lo tragó con su madre al lado, todas las imágenes de la película configuran mi imaginario cada vez que leo libros de Historia sobre esa época. Lo cual es un engorro, porque Roshan Seth es un excelente actor, pero no se parece absolutamente nada al verdadero Beria. Personalmente, sentí frustración cuando años después vi la primera foto del lugarteniente de Stalin. Quizá a algunos de ustedes les parezca extraño, pero hubo una época en la que no había internet y si un libro no llevaba cromos, a los que salían en él te los tenías que imaginar y gracias.

Historias tangenciales

El proyecto de HBO no fue el único que, tras la caída de la URSS, se atrevió a tocar lo más sagrado y a la vez el mayor tabú de ese sistema. Andrey Konchalovskiy, el autor de la obra maestra Siberiada, contó la historia del proyeccionista de Stalin en The inner circle, de 1991. En ella también aparecían lógicamente Beria y El padrecito de los pueblos interpretados por Bob Hoskins, mucha mejor elección Seth, y Aleksandr Zbruev, respectivamente.

Aunque no hay que olvidar el gran antecedente de todas ellas, sobre todo de la actual La muerte de Stalin. Fue en 1983, británica e hilarante, Red Monarch. Colin Blakely era Stalin y el gran David Suchet, Beria. La caracterización en esta película le daba mil vueltas a la del proyecto de HBO. El sentido del humor era hilarante, a lo Mel Brooks. Se emitió en la cadena ITV. Se centraban en lo mismo que Iannucci, los últimos días del líder, que tiene que encontrarse con Mao, al que no entiende y del que no se fía, y toda la paranoia y psicosis que rodeó la muerte de Stalin por parte de los que le rodeaban, que esperaban su muerte y de forma activa y pasiva la provocaron. Una característica interesante es que los acentos de los protagonistas se equipararon a los de las islas. Los georgianos hablan como irlandeses, Molotov era galés y Mikoyan, escocés.

Recibe toda la actualidad
Alicante Plaza

Recibe toda la actualidad de Alicante Plaza en tu correo