VALÈNCIA. El alquiler de apartamentos y habitaciones a turistas a través de Airbnb, la plataforma de home sharing más popular del sector, ya mueve en Valencia cantidades de dinero relevantes, en consonancia con el crecimiento exponencial en la cantidad de propiedades ofertadas por este canal, no todas de forma reglada.
Al término de 2016 ya eran más de 10.000 las propiedades anunciadas en Airbnb, la mayoría apartamentos completos (5.750), con una gran concentración en la zona centro y la fachada marítima de la capital. Solo el año pasado se dieron de alta más de 2.200, a los que habría que sumar los disponibles en otras páginas como Homeaway o Booking. El ritmo al que se dan de alta nuevos inmuebles es exponencial y prácticamente se duplica año tras año, un auténtico boom en búsqueda de rápidas rentabilidades ante el que el Ayuntamiento ya ha anunciado medidas como una tasa que ayude a controlar que todas las propiedades estén regladas.
El ingreso medio para los propietarios oscila ligeramente de año en año, pero desde que en 2011 comenzaron a ofertarse los primeros apartamentos nunca ha estado por debajo de los 5.700 euros anuales. Según las cifras recopiladas por la plataforma de crowdfunding inmobiliario especializada en apartamentos turísticos Brickstarter, el mejor año para los dueños fue 2012, cuando apenas eran 200 los pisos en alquiler a través de Airbnb y el ingreso medio rozó los 7.000 euros por unidad. Durante el último año natural completo, 2016, cada apartamento generó alrededor de 6.000 euros a su propietario.
Con ese nivel de ingresos, y teniendo en cuenta que el stock de inmuebles en alquiler a través de la popular plataforma de home sharing se ha multiplicado prácticamente por treinta en apenas cinco años, el alquiler de apartamentos se erige como un importante generador de actividad económica en la ciudad.