Este año ha sido excepcional para la mayoría de los activos de riesgo. Las bolsas mundiales han registrado subidas de doble dígito, con el Nasdaq estadounidense alcanzando rentabilidades del 30% gracias al impulso de gigantes tecnológicos liderados por Nvidia (cerca de +200% en el año) y su innovación en inteligencia artificial.
Un año en el que, a priori, el principal catalizador iban a ser las bajadas de tipos gracias a la moderación de la inflación, ya que se daba casi por segura la recesión en Europa y una clara desaceleración en Estados Unidos. Sin embargo, ha visto como las economías de los principales bloques económicos han resistido mejor de lo esperado, permitiendo a las empresas cotizadas continuar en la senda de crecimiento tanto en ventas cómo en beneficio.
A nivel doméstico, el Ibex-35 ha sido de los que mejor comportamiento ha mostrado en Europa, con subidas de más del 13% gracias al sector financiero, el sector turístico (IAG +100% y Aena +20%) y sobre todo a Inditex que pese al tropiezo de las últimas semanas cierra el año con subidas cercanas al 30% y dado su elevado peso en el índice (15.85%) ha tenido mucho que ver en este buen comportamiento.
Destacar también, que de las tres salidas a bolsa que se han producido este año una tiene sabor alicantino con el debut de Cox Energy, cuyo accionista principal es el empresario de Cox, Enrique Riquelme.
En la renta fija, el panorama ha sido más desigual. Mientras que los bonos de alta calidad crediticia se vieron afectados por unos tipos de interés más altos en el largo plazo como consecuencia del mejor desempeño de la economía que ha hecho reducir algo las expectativas de bajadas de tipos, sobre todo en USA, dejando la rentabilidad en el año de este tipo de activos en alrededor del 2.5-3% en Europa y menos del 1% en Estados Unidos. La deuda high yield, sin embargo, destacó de forma positiva, beneficiándose de una menor percepción de riesgo y la mejora económica, reduciendo de forma importante los spreads de crédito.
China y Europa: Las grandes incógnitas del año que comienza
China, a pesar de ciertos repuntes en sus mercados de valores hacia final de año, continúa enfrentando graves desafíos estructurales en su mercado inmobiliario y un crecimiento económico anémico. No obstante, el estímulo fiscal y monetario adoptado por el gobierno chino podría empezar a rendir frutos en 2025.
Europa, por su parte, ha cerrado el año con un rendimiento claramente inferior al estadounidense (con el CAC-40 francés cerrando en negativo), afectada por la incertidumbre política en Francia y Alemania, el impacto de las políticas comerciales estadounidenses y la dependencia en algunos sectores (lujo y autos entre otros) de la evolución de la economía china.
2025: Moderado optimismo y desafíos geopolíticos
Para el próximo año, se espera un crecimiento económico global más moderado. En Estados Unidos, el protagonismo de políticas económicas proempresariales, como recortes fiscales y desregulación, promete estimular ciertos sectores clave como el energético y financiero. No obstante, las medidas proteccionistas, como los aranceles, podrían tener efectos adversos, especialmente en Europa y China aunque también en Estados Unidos, vía aumento de precios.
En Europa, las expectativas apuntan a una recuperación gradual apoyada por la flexibilización monetaria del BCE y una potencial mejora en la demanda externa, especialmente si China logra estabilizar su economía.
Estrategias de inversión para 2025
Renta Variable: Se prevé un rendimiento más equilibrado entre las bolsas europeas y americanas, con un crecimiento más modesto en Estados Unidos y una posible recuperación en Europa. Los sectores tecnológicos y financieros continúan siendo atractivos.M