ALICANTE. Cuando se habla de las fortalezas económicas de la provincia de Alicante, la lista se recita casi de memoria: el turismo, la venta de viviendas a extranjeros y las exportaciones. Sin embargo, y aunque en algunos sectores como el agroalimentario y el calzado la provincia sea obviamente líder, lo cierto es que en el cómputo global las exportaciones alicantinas no son tan potentes como se presume en el imaginario colectivo.
No hay más que echar un vistazo a las cifras definitivas sobre las exportaciones del año 2016 y ponerlas en relación con las del resto de España. La corrección del valor (debido a devoluciones) ha restado a la provincia 65 millones de euros en ventas al exterior, según alertaba esta semana el Instituto de Estudios Económicos de Alicante (Ineca), de forma que la cifra final marca 5.005,5 millones de euros en ventas a otros países en 2016 (y 4.038,2 millones de importaciones). El saldo de la balanza comercial sigue siendo positivo en casi 1.000 millones, pese a que se reduce, pero la provincia pierde peso en el conjunto nacional. Y ya van tres años con esta tendencia.
Por tercer año consecutivo, la aportación de la provincia a las exportaciones españolas se queda por debajo del 2% del global nacional. El peso relativo en 2016, una vez aplicada la citada corrección (que resta un 1,3% del valor declarado de forma provisional), se queda en un 1,95% del total, según los datos facilitados por Ineca. Los datos de 2017 no son más halagüeños, y (todavía provisionales) apuntan a un 1,88%, a falta de conocer diciembre. ¿Cuál es el problema? "Las exportaciones alicantinas no están cayendo, siguen una línea ascendente", defiende el director de Estudios de Ineca, Francisco Llopis. "El problema es que crecen menos que las del resto de España, de forma que cada vez pesan menos en el conjunto".
"Hace dos años (en 2015), sin ir más lejos, representábamos el 2,2% del total". En tres años, se van a perder cuatro décimas de peso relativo. Y aún así, ese 2,2% ya era una anomalía estadística, habida cuenta que la provincia de Alicante aporta más del 3% del PIB al conjunto de España, y un porcentaje similar de la población. "Quizá es que no somos tan abiertos al comercio exterior como decimos o como nos pensábamos que éramos", razona el analista de Ineca. "Hay otras provincias que se han puesto las pilas y nosotros, a lo mejor porque pensábamos que ya eramos exportadores, no lo hemos hecho".
Hay otra razón, esta de carácter puramente económico, que explicaría el poco peso de Alicante en las exportaciones. Hay que tener en cuenta que el principal producto que exporta la provincia (habida cuenta que las ventas de viviendas a extranjeros, aunque suponen la entrada de divisas, no computan en la balanza comercial) es el calzado. ¿Cuántos pares hay que vender para alcanzar el valor de uno solo de los coches que sale de Ford Almussafes? "A esto hay que sumar además el concepto de valor añadido", explica Llopis. "En muchos casos, los productos que exportamos han requerido de una importación previa de la materia prima, de forma que el valor añadido, el margen, es muy escaso".
Aún queda otro factor a tener en cuenta, aunque el experto le resta una capacidad de impacto real. El hecho de que muchísima producción de la provincia de Alicante salga por el puerto de València y, por tanto, por su aduana (los datos de exportaciones de cada provincia dependen de lo que se declara en las aduanas situadas en su territorio). "Es verdad que hay productos de Alicante que salen por otras provincias, pero también que productos de otras provincias salen por Alicante, de forma que el dato se compensa más o menos". En este sentido, el calado del puerto de Alicante es determinante para que productos como el mármol opten por la terminal valenciana, donde pueden atracar buques de mayor tamaño.
En la provincia de Alicante, el 25% de las exportaciones están vinculadas al calzado, según el experto, aunque el porcentaje se incrementa si se tienen en cuenta otros productos relacionados como el cuero o la marroquinería. El segundo sector en importancia es el agroalimentario, que aporta otro 25% de la balanza, luego los productos químicos y derivados de la construcción, que suponen un 22%. Como ha contado Alicante Plaza, el calzado ha perdido posiciones en algunos mercados tradicionales, y cualquier caída en las ventas de este producto impacta de forma notable en el conjunto de las exportaciones.
Esta estructura es además la que explicaría que, como norma, las exportaciones de Alicante siempre salgan mal paradas en la revisión de los datos finales (habitualmente la provincia siempre pierde valor final con los datos definitivos de ventas al extranjero). "El calzado o el textil son sectores en los que son habituales las devoluciones si el comprador no queda conforme, o si llegan tarde". Es decir, esos 65 millones de menos que se exportaron en 2016 respecto a lo inicialmente declarado podrían explicarse por estas devoluciones.