ALICANTE. Cuarto intento para liberar al Castillo de Santa Bárbara del yugo de las antenas. El Ayuntamiento de Alicante acaba de abrir un proceso de negociación con la Sociedad Proyectos Temáticos (SPTCV) para sondear el posible traslado de los equipos de comunicación instalados en la parte más elevada de la edificación hasta un emplazamiento por concretar del perímetro que conforman las instalaciones de Ciudad de la Luz.
La propuesta trataría de poner en valor el baluarte mediante la retirada de un elemento impropio (las antenas que distribuyen señal de telefonía y canales de radio y televisión) para potenciar la candidatura de las fortificaciones de Alicante al sello de la Unesco, en busca de su reconocimiento como Patrimonio de la Humanidad. De hecho, el planteamiento incluiría también la mudanza de las antenas instaladas en el Castillo de San Fernando para agruparlas en un mismo emplazamiento que se considera idóneo por su elevación sobre el término de Alicante: un requisito imprescindible para garantizar la cobertura de las comunicaciones. Es más, según las fuentes municipales consultadas, se considera que -al margen del Tossal y del Monte Benacantil-, no habría otra ubicación que cumpliese esos requisitos y que garantizase esas prestaciones más que los platós, construidos en plena Sierra de Colmenares.
En esa negociación, todavía con contactos muy incipientes, el Ayuntamiento estaría dispuesto a compensar a Proyectos Temáticos a través de distintas fórmulas, en función de sus necesidades. Una de las alternativas sería la de establecer un convenio de cesión o de permuta en el que se procurase un intercambio de suelos: algo similar a lo que, por ejemplo, se ha acordado respecto al solar de propiedad municipal de la Avenida de Aguilera en el que se prevé construir el nuevo edificio judicial adscrito al Palacio de Justicia de Benalúa a cambio de otra parcela propiedad de la Generalitat, situada en Doctor Rico (ese acuerdo de cesión pasó este martes por Junta de Gobierno).
Otra posibilidad sería que Proyectos Temáticos cediese el suelo necesario para instalar esas antenas, agrupadas en una nueva torre de comunicaciones, a cambio de que el Ayuntamiento asumiese las tareas de mantenimiento de determinados viales que rodean los estudios (una cuestión que la empresa pública ya ha reivindicado en más de una ocasión).
Según las mismas fuentes, el Ayuntamiento correría a cargo de los gastos de construcción de esa futura torre comunicativa. Al parecer, el equipo de Gobierno compuesto por PSOE, Guanyar y Compromís ya tendría planes para proveer una partida inicial con ese fin en los presupuestos municipales de 2018, en el caso de que el acuerdo se materializase.
Anteriores gobiernos del PSOE y del PP intentaron llevar a cabo un proyecto para agrupar las antenas de los dos castillos con hasta tres propuestas diferentes. El objetivo de todas ellas era el mismo: eliminar las antenas del principal elemento patrimonial de Alicante, declarado Monumento Histórico-Artístico Nacional en 1961.
Los tres intentos se plasmaron a través de encargos a reconocidos arquitectos. El primero, de 1994, contó con la firma de Santiago Calatrava, a iniciativa del exalcalde socialista Angel Luna. Ese mismo año, con el respaldo del expresidente autonómico socialista Joan Lerma, se llegó a presentar una maqueta para construir una torre de 95 metros de altura en el Tossal. Su coste estimado entonces era de 850 millones de pesetas. El proyecto debía ejecutarse en dos años, pero nunca llegó a construirse.
Con la llegada del popular Luis Díaz Alperi al poder se reactivó la idea con otra propuesta distinta, en 2008, y esta vez diseñada por el prestigioso ingeniero Florentino Regalado. Se trataba de construir otra torre de comunicaciones en el mismo monte. El diseño aspiraba a levantar una torre de 125 metros como elemento arquitectónico singular para "crear paisaje" que estaría provisto de hasta tres plantas visitables con miradores y un restaurante con vistas panorámicas. Contaría con un presupuesto de cinco millones. Pero, tras otra larga polémica sobre posibles afecciones atribuidas a la distribución de la señal radioeléctrica tampoco llegó a levantarse pese a que se inició todo el proceso administrativo previo. Hubo un plan de participación pública y hasta un estudio de integración paisajística, aunque todo quedó en nada.
Y el tercer y último intento conocido hasta ahora fue el proyecto encomendado a Santiago Varela bajo la Alcaldía del también popular Miguel Valor, en 2015. El proyecto comprendía la construcción de una torre de 60 metros también en el Tossal, con un presupuesto de cerca de 650.000 euros. En realidad, se trataba de una actuación integral en la que se preveía otra partida de más de medio millón para financiar la rehabilitación del Castillo de San Fernando y ponerlo en valor como espacio visitable.
La intención de Valor era poner en marcha el proyecto antes de que finalizase su mandato. Pero llegaron las elecciones y tampoco pudo encauzarlo.
Entre tanto, la Concejalía de Cultura aborda ahora los términos en los que podría presentar la candidatura para que Alicante pudiese lograr la distinción de la Unesco, tras las jornadas de expertos celebradas la semana pasada. En principio, según las fuentes consultadas, la opción de que la ciudad presentase una candidatura por separado podría restar posibilidades al tener que competir con otros proyectos que abarcan a varias poblaciones. De ahí que se sopesen otras dos alternativas, sin descartar nada, como la incorporación de Alicante a una candidatura nacional preexistente basada en valores patrimoniales similares o, incluso, a una candidatura internacional coincidente.