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Alicante inicia la recuperación y apertura de seis refugios antiaéreos de la ciudad

6/08/2018 - 

ALICANTE. El Ayuntamiento de Alicante ha anunciado que trabaja para recuperar seis refugios antiaéreos localizados en el casco urbano de la ciudad, en concreto en los barrios de Carolinas Bajas, Mercado Central, San Antón y Campoamor.

De esta forma, se van a rehabilitar y abrir al público los refugios situados en el Paseo Marvá -junto a la escalinata de acceso al IES Jorge Juan-, Marqués de Molins, calle Padre Mariana, Plaza Hermanos Pascual, Mercado Central y Fábrica de Tabacos.

La prioridad del Consistorio, a través de su departamento de Memoria Histórica y Democrática, es la recuperación, conservación y puesta en valor del patrimonio material de Alicante, como son los refugios antiaéreos, para el uso y disfrute de ciudadanos y visitantes.

Para tal fin el Ayuntamiento va a iniciar una primera fase del proyecto de acceso y apertura de los refugios con el objetivo de acondicionar estos espacios y determinar así el estado de conservación en el que se hallan.

Esta fase contempla el reconocimiento y apertura de los accesos a los seis refugios, ya que hasta ahora han estado tapiados, así como la colocación de puerta en cada una de las entradas y la limpieza y retirada de posibles escombros. Además, se van a efectuar trabajos de albañilería menor en aquellos puntos en donde se estime necesario y se va a realizar la instalación de sistema eléctrico.

Tras esta primera fase se va a proceder a la adjudicación de los trabajos parciales necesarios para la apertura definitiva de los refugios. Del mismo modo, con las obras de recuperación y apertura de estos refugios el Ayuntamiento pretende garantizar la accesibilidad universal mediante la adaptación del sistema de acceso, tal y como se hizo durante el pasado año con el refugio situado en la Plaza Balmis.

Con esta actuación en el patrimonio histórico de la ciudad, Alicante va a contar con un total de 8 refugios abiertos de los más de 90 refugios catalogados a lo largo del casco urbano. Hasta ahora tan sólo se habían podido visitar dos refugios, los situados en las plazas Balmis y Séneca -incluidos en el Catálogo de Protecciones del Ayuntamiento de Alicante-, además del Centro de Interpretación de los Refugios Antiaéreos.

El Consistorio pretende así dar más importancia al pasado democrático y de defensa de las libertades de la ciudad, así como revivir espacios en desuso. Además, uno de los objetivos implícitos de esta actuación es que los refugios, como recurso patrimonial, se conviertan en motor del desarrollo de la zona y sirvan para generar conocimiento, participación, investigación y reflexión.

Esta intervención se enmarca en el proyecto EDUSI Las Cigarreras (Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible e Integrado) con el propósito de poner en valor antiguos espacios industriales, religiosos y militares.

A este respecto hay que recordar que la EDUSI se lleva a cabo en los barrios de Carolinas Bajas, Mercado Central, San Antón y Campoamor y tiene como misión la recuperación y dinamización de ésta área urbana en el marco de la Dirección General de fondos FEDER de crecimiento sostenible para el periodo 2014-2020.

Construcción de refugios en Alicante

Los refugios antiaéreos se extienden por la ciudad consolidada en la década de los años 30 del siglo pasado, cuando Alicante sufrió durante la Guerra Civil un total de 71 bombardeos que provocaron casi 500 muertes, así como la destrucción completa de más de 250 edificios e importantes desperfectos en otros 700.

Durante la contienda se construyeron en torno a 94 refugios antiaéreos en la ciudad para albergar a la máxima cantidad posible de población y protegerla así de los ataques aéreos y químicos.

El 10 de julio de 1937, se constituye en Alicante el Comité Local de Defensa Pasiva, que será el órgano competente en todo lo referido a la defensa de la población civil, y al que se remiten todas las peticiones de construcción de refugios tanto de particulares como de empresas.

Una de las resoluciones tomadas fue la de obligar a que los nuevos edificios que se construyeran, tanto de uso residencial o industrial, incluyeran refugios antiaéreos a costa de sus promotores. En las actas municipales se recogen las condiciones que el Arquitecto Municipal establece para su construcción, detallando ampliamente la capacidad que deben de tener, los tipos de materiales a utilizar y la forma de construcción según sea el impacto de las bombas, aportando datos concretos para todo tipo de situación probable.

La Memoria de julio de 1938 de la Junta Local de Defensa Pasiva indica que en esa época ya habían construidos un total de 55 refugios con una capacidad para 38.140 personas y que el objetivo era construir 37 más, para acoger en total una población de 108.590 personas.

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