ALICANTE. El sistema de monitorización y control del tráfico en tiempo real del proyecto Alicante Se Mueve, Being Smart comienza a operar a pleno rendimiento tras la instalación y comprobación de funcionamiento de las últimas cámaras inteligentes pendientes de evaluación. Con su despliegue, la red queda conformada por un total de 156 dispositivos distribuidos en puntos clave de la ciudad, como sus accesos, los viales que soportan una mayor densidad de tráfico y los que conectan con los centros o servicios que suelen atraer una mayor confluencia de conductores, como superficies comerciales, dependencias educativas y sanitarios o zonas lúdicas.
La activación oficial se hace efectiva ahora, a través de la publicación de un decreto del concejal de Movilidad, José Ramón González, en el que se informa sobre su puesta en marcha, una vez concluido el testeo del conjunto de esas 156 cámaras que, en su mayor parte, se comenzaron a instalar entre el 24 de mayo y el 22 de agosto de 2021. Además, en ese mismo decreto se anticipa la próxima adaptación de otras 56 cámaras preexistentes con el fin de que también puedan quedar integradas en la misma red, de modo que pueda ampliarse la información recopilada a través de las imágenes que también puedan captar esos dispositivos adicionales.
Como viene informando este diario, el tronco central del proyecto se basa en la obtención y análisis de datos de los desplazamientos de los vehículos "a partir de la lectura de códigos de placa de matrícula mediante la malla de cámaras LPR instaladas en los accesos y el viario principal de la ciudad". El mismo decreto en el que se comunica su activación se detalla que, en particular, resulta de interés "la obtención de los datos no personales que figuran asociados a cada código de matrícula, tales como tipo de vehículo, motorización, uso a que se destina, código postal de matriculación y otros datos técnicos que resulten de interés para el análisis", como la procedencia de los vehículos y la habitualidad en la que se realizan los mismos desplazamientos, por ejemplo.
Toda esa información queda recopilada, gestionada y almacenada en la Sala de Control de Tráfico municipal con el fin de "construir una solución integral de gestión de movilidad urbana, consolidando un entorno tecnológico escalable, que posibilite la obtención y explotación de información de movilidad en tiempo real, mejorando la información que reciben los ciudadanos y dotando a este Ayuntamiento de herramientas de inteligencia de negocio y análisis avanzado (descriptivo, predictivo y prescriptivo), para la toma de decisiones estratégicas en el ámbito de la movilidad". Entre otros posibles desarrollos, se contemplan opciones como la de facilitar la adaptación de los tiempos de regulación semafórica para aligerar la circulación y evitar atascos, o calcular rutas más rápidas (sin densidad de tránsito) para los desplazamientos de vehículos de los servicios de emergencia (ambulancias o cuerpos policiales), por ejemplo.
En todo caso, las imágenes captadas no se utilizarán con el fin de sancionar la posible comisión de infracciones, según ratificaron fuentes municipales consultadas. De hecho, en el propio decreto informativo se hace constar cuáles son los posibles usos de las imágenes captadas por la red de cámaras: la vigilancia, regulación y ordenación del tráfico, sin que su utilización pueda tener carácter sancionador; el control de acceso a zonas restringidas, donde únicamente pueden acceder vehículos previamente autorizados; y el tratamiento estadístico y realización de estudios de movilidad para la gestión inteligente de la movilidad, pudiendo realizarse una sinergia de esos datos con otros agentes incluso externos.
La puesta en marcha del sistema llega tras concluir las comprobaciones de funcionamiento de las últimas cámaras, seis años después de que el proyecto fuese seleccionado por Industria
Además, se especifica que el tratamiento de los datos obtenidos a partir de la lectura de las placas de matrículas quedará anonimizado y que las imágenes captadas se almacenarán por un tiempo máximo de un mes, "salvo cuando hubieran de ser conservados para acreditar la comisión de actos que atenten contra la integridad de personas, bienes o instalaciones". "En tal caso", según el decreto, "las imágenes deberán ser puestas a disposición de la autoridad competente en un plazo máximo de setenta y dos horas desde que se tuviera conocimiento de la existencia de la grabación".
Por último, el decreto también resalta la confidencialidad del sistema al concretar que "la red de cámaras no es accesible desde el exterior de la misma y se encuentra protegida por un cortafuegos", de modo que "sólo tiene acceso a las imágenes captadas el personal autorizado del centro de control de tráfico a través de un nombre de usuario y contraseña diferentes para cada uno de los operadores, que deben validarse contra el directorio activo del Ayuntamiento".
Lo cierto es que han tenido que pasar seis años para que el sistema de control haya quedado completado, calibrado y comprobado, y pueda comenzar a funcionar a pleno rendimiento, desde que, en 2016, la propuesta promovida por el Ayuntamiento quedó seleccionada por el Ministerio de Industria y Energía en la II Convocatoria de Ciudades Inteligentes de la Agenda Digital para España. La complejidad técnica del proyecto hizo que la elaboración de los pliegos para licitar el diseño de las actuaciones a realizar se demorase hasta 2019. Después, se convocó el concurso al que optaron 14 de las principales compañías del sector de las telecomunicaciones. Y los trabajos acabaron adjudicándose a la UTE compuesta por Ibermática e ImesAPI por 2,7 millones.