Siempre he sido un firme defensor de la conurbación Alicante-Elche. Yendo de la mano, seríamos un polo de atracción de inversiones, prosperidad, riqueza y empleo de primerísimo nivel. En un área de no más de 25 kilómetros, seríamos casi 800.000 personas, con dos universidades públicas, un puerto, un aeropuerto, una agencia europea, un recinto ferial...
Y esto, que es una obviedad, es compartido sobre el papel por todos los agentes, políticos y sociales que en la materia tienen algo que decir. Ahora bien, cuestión distinta es decirlo, que siempre queda bien, y otra es creérselo.
Si realmente queremos ir de la mano frente a terceros, no podemos competir entre nosotros. Entre Alicante y Elche, tenemos que ofrecer al exterior todo lo que se pueda, partiendo de la premisa de que somos una unidad, y que si por tanto Elche tiene una infraestructura, la misma ya forma parte de Alicante, en cuanto a unidad externa. Es decir, y pongo este ejemplo para que se vea la ridiculez de muchos postulados: si en el término municipal de Elche, hay un aeropuerto, ipso facto es el aeropuerto de Alicante, y por tanto mi reivindicación deja de tener sentido de manera inmediata. Ya hay aeropuerto en la unidad Alicante-Elche, centremos los esfuerzos en otra inversión, no dupliquemos.
Pues esto que es palmario, y el ejemplo extremo del aeropuerto así lo pone de manifiesto, es la gran piedra en el camino para una unión real de Elche y Alicante. Así veo con estupor como el nuevo líder del PP ilicitano reivindica un ADDA para Elche, y como el presidente de la Diputación de los pueblos coge el guante y dice que sí, que lo hará. En Alicante ya hay un ADDA, y es de carácter provincial. Si queremos crecer como unidad, no dupliquemos; si cada uno quiere ir por su lado, pues adelante. Pero la Diputación creo que debería poner cordura. Y pongo este caso porque es una noticia actual, pero la historia reciente está llena de despropósitos similares. Si existe una estación de AVE en Alicante, ¿qué sentido tiene otra en Elche? ¿Si existe un recinto ferial en Elche, para qué queremos otro en Alicante? ¿Si la Universidad de Alicante ya ofrecía Derecho o Empresariales, para qué duplicarlas en lugar de complementar la oferta educativa? Y así… hasta el infinito.
Si de verdad queremos y nos creemos que yendo juntos Alicante y Elche nos iría mejor a todos, hagamos nuestro lo que tiene el vecino, y no queramos lo mismo, sino precisamente lo que él no tiene. Dicho de otra forma, o nos sacudimos absurdos paletismos de encima o en un área de 25 kilómetros tendremos infraestructuras duplicadas e infrautilizadas, y lo peor es que seguiremos teniendo muchísimas carencias como unidad al exterior. Misión imposible.
Ahora bien, eso sí… que siempre gane el Hércules.