ALICANTE. Alicante consolida la superación del bache de la pandemia de la covid-19 y completa su segundo mejor año de la serie histórica en cerca de dos décadas en términos de ocupación turística. Ese es el balance que depara el cierre de 2023 tanto en la capital como en el conjunto de la provincia, según los registros contabilizados por la Asociación Provincial de Hoteles de Alicante (APHA) consultados por Alicante Plaza.
En concreto, los establecimientos de la capital alcanzaron el año pasado una tasa del 77,34%, con un aumento de cerca de 30 y 20 puntos respecto a los dos años de mayor incidencia de la crisis del coronavirus: 2020 y 2021. En esos años, el dato se quedó en el 42,49% y en el 51,29% respectivamente, con la particularidad de que el conjunto del sector quedó abocado al cierre entre los meses de marzo y junio, sin poder ejercer la actividad en cumplimiento de los protocolos de prevención establecidos tanto por la Conselleria de Sanidad para evitar el avance de contagios.
Ese 77,34% supone, además, un crecimiento de un punto respecto a 2022, cuando el indicador se quedó en 76,37%, lo que vendría a confirmar una evolución positiva en la fortaleza del destino a pesar del impacto que se habría producido en las economías domésticas como consecuencia de la escalada de precios y la crisis inflacionista desencadenada esencialmente desde el estallido de la guerra de Ucrania. Además, el dato convierte a 2023 en el segundo mejor año de la serie evaluada por APHA desde 2005, solo superado por el registro de 2019.
En ese momento, los establecimientos de la capital llegaron a una ocupación media del 77,93%: hasta ahora, el índice récord a una diferencia de solo 1,99 puntos respecto a este último año. De ahí que el sector se prepare para acudir a Fitur, la principal feria del sector en España y uno de los más relevantes en el escenario internacional, con expectativas de poder batir ese techo en 2024, siempre que no concurran circunstancias que deparen una situación de inestabilidad internacional que arrastre también al turista nacional, y que se refuerce la labor de promoción con apoyo de las instituciones.
Por lo pronto, en el caso de las propuestas que Alicante prevé presentar en el certamen, se augura que vuelva a apostarse por la diversificación de productos para desestacionalizar la llegada de visitantes, con estrategias como la celebración de nuevos ciclos de conciertos (al menos uno, con presencia de artistas internacionales de primer nivel, que hasta ahora solo tiene presencia estable en otra ciudad española), al margen de los cinco festivales implantados hasta ahora.
Con ello, se pretende dinamizar las visitas durante todo el año para alargar la temporada alta más allá de los meses de verano, a pesar de que se trata de una tendencia que ya se habría constatado casi desde 2015, con tasas de ocupación mensual próximas o superiores al 70% entre la primavera y el otoño. De hecho, en este 2023, se superó ese listón en 8 de los 12 meses, desde marzo a octubre, y se rozó en noviembre con un 67,23% (en diciembre se llegó al 65,30%, y en febrero, al 64,06%), aunque los valores más altos se constataron en agosto, con un 92,46% y julio, con un 89,43%.
Sea como fuere, la media de 2023 queda a cierta distancia de los últimos balances precedentes previos a la pandemia (exceptuando el de 2019), ya que en 2018 se llegó al 76,52%; en 2017, al 76,07%, y en 2016, al 71,90%. Los registros controlados por APHA para todos los años previos hasta 2005 quedan por debajo del 70%, como se aprecia en la tabla adjunta.
En ese gráfico se constata que los dos peores años para los establecimientos de la ciudad coincidieron con dos momentos de crisis económica en el escenario nacional: 2008, en el que la tasa media se situó en el 55,73%, y 2012, cuando el indicador fue aún más bajo, de un 55,28%.
En todo caso, la evolución estadística hasta 2023 también confirma el balance positivo para el conjunto de los establecimientos asociados a APHA en toda la provincia. En concreto, el año se completó con una ocupación media del 74,01%, en lo que supuso igualmente la segunda mejor cifra contabilizada en la serie histórica desde el año 2010. El dato del año precedente rebasó en 1,06 puntos al registro de 2022, de 72,95%. Y solo se vio superado, de nuevo, por las cifras correspondientes a 2019, cuando se alcanzó una media del 76,30%.
Respecto a la estacionalidad, 2023 registró un comportamiento similar en los hoteles del conjunto de la provincia respecto al de los hoteles de la ciudad, en la medida en que se rebasó el 70% de ocupación entre los meses de marzo y octubre, aunque con índices algo inferiores, sin llegar a rebasar el listón del 80% salvo en junio, julio, agosto y septiembre.
Sea como fuere, la serie histórica permite constatar un crecimiento de 20 puntos respecto al índice de ocupación registrado en 2010, cuando el indicador se situó en el 54,24%: el peor año al margen de los datos cosechados durante 2020 y 2021 por el efecto de la covid, con tasas de 44,59% y de 52,38% respectivamente.