ALICANTE. El Ayuntamiento de Alicante trata de cubrir los huecos generados por el progresivo cierre de oficinas bancarias con el fin de no dejar barrios desatendidos de servicios básicos como la disponibilidad de cajeros automáticos. ¿De qué modo? Con la cesión de espacios públicos municipales en los que se pueda situar esas máquinas, de manera que los ciudadanos no tengan que "llegar a desplazarse incluso en coche" para poder realizar extracciones de dinero, según explicó este jueves el alcalde, el popular Luis Barcala.
La iniciativa, a cargo de las concejalías de Coordinación de Proyectos y Nuevas Tecnologías que coordina el edil Toño Peral, comprendería, en primer lugar, la elaboración de un mapa de necesidades sobre las zonas concretas de la ciudad en las que se ha eliminado la presencia de cajeros. Entre ellas, figurarían las partidas rurales, en algunas de las cuales ya no se dispondría de ninguna oficina ni cajero en el que poder realizar trámites con los bancos.
En segundo término, se prevé iniciar una ronda contactos con las propias entidades bancarias para poner a su disposición dependencias o equipamientos públicos municipales que han quedado en desuso, como los quioscos dedicados a la venta de productos de papelería que ya no están concesionados. Según Barcala, su emplazamiento en las plazas de muchos barrios representa "una ubicación estratégica" como punto de fácil acceso para la mayoría de los vecinos.
El proyecto tendría un desarrollo paralelo a la implantación de los llamados ciberquioscos: una de las líneas incluidas en el proyecto Alicante Smart City que implica la instalación de equipos informáticos en los que cualquier ciudadano podrá realizar trámites con la administración, como el pago de tributos, la presentación de quejas, la compra de entradas para asistir a espectáculos o la expedición de documentos como el certificado de empadronamiento. Todo ello sin necesidad de realizar desplazamientos.
El proyecto comprende la puesta a disposición de los bancos de los quioscos dedicados a la venta al público ahora en desuso para facilitar la extracción de dinero
Peral apuntó, a consulta de Alicante Plaza, que esos ciberquioscos se ubicarán en una primera fase en los centros comunitarios y que, después, podrían extenderse a otros espacios públicos, como las instalaciones de los quioscos convencionales, en los que se podría ubicar junto a esos posibles cajeros automáticos.
Esa actuación se complementaría con la puesta en marcha de cursos de formación para enseñar a la ciudadanía, fundamentalmente a la tercera edad, sobre el manejo de las nuevas tecnologías y de los propios cajeros automáticos, toda vez que se ha reducido la atención presencial en la práctica totalidad de las entidades bancarias.
"Vamos a desarrollar una primera experiencia piloto en el centro integrado de la calle San Francisco con cajeros reales en el que también queremos implicar a los bancos para que conozcan de primera mano la experiencia y los problemas a los que se enfrentan los usuarios para introducir mejoras en su funcionamiento", abundó el primer edil.
El proyecto de cesión de espacios municipales para la instalación de cajeros se suma a otras propuestas impulsadas por otras administraciones, como la propia Generalitat, con la que se pretende situar hasta 135 de ellos en zonas despobladas de la Comunitat Valenciana, con una inversión de 8 millones de euros, según se anunció el pasado agosto. En otros casos es la iniciativa privada la que ha optado por explotar los cierres bancarios para extender su propia red de cajeros, como sucede con el caso de Euronet. También se ha planteado otro tipo de propuestas con las que se trataría de incentivar la recuperación de la atención presencial, como la registrada por el grupo municipal de Compromís para su debate en el pleno ordinario de febrero.
